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La corrida de los Fuente Ymbro fue mala, de esas que te llevan al hule. Aviesa casi toda, con tremendo peligro o una sosería y desscastamiento soporífero. Los toreros se la jugaron sin trampas, le plantaron cara con honestidad y tremendo valor. Todos fueron revolcados y magullados. Extraño, el 4o que fue recibido por Escribano a porta gayola enterró los pitones al pasar el percal y se descordó, se inutilizó para la lidia.
Plaza de Toros de Vistalegre. Toros de Fuente Ymbro Manuel Escribano: ovación y ovación. Alberto Aguilar: silencio y silencio.
Jiménez Fortes: silencio tras aviso y silencio