Hoy domingo en el
campamento frente a la plaza de toros de Santamaría solo se habla de la
concentración de ayer, donde llegaron más de 600 aficionados.
Se habla de las sentidas
palabras del Maestro Rincón, quien sin titubear señaló que nadie se iría de la
Plaza hasta que esta se reabriera y se llenara de nuevo. También se recuerda,
como el Maestro Rincón señaló que si bien es cierto que los taurinos somos una
minoría, en el respeto a las minorías se fundan las democracias modernas.
El tiempo, el hambre y la
inclemencia del tiempo se notan físicamente en los novilleros, quienes no
obstante lo anterior no han perdido el ánimo, y su dignidad y fuerza de lucha
la mantienen intacta. El sol capitalino ha mejorado las condiciones en el día,
pero las noches se sienten cada vez más frías. Un cachorro labrador,
"Chenel" se ha convertido en compañía y espíritu alegre de los
novilleros, este ya embiste la muleta, y acompaña a los 11 muchachos en su
toreo de salón.
De quienes empezaron la
huelga hace 27 días, 7 se mantienen en pie. Pero cuatro novilleros llegaron
ayer, luego de una marcha por tierras de Boyacá y Cundinamarca para unirse al
grupo en huelga. Andrés Castillo, quien hace parte del grupo inicial, continúa
con quebrantos de salud, ya ha sido internado un par de veces, y canalizado
casi a diario, pero aun así, este joven valiente se niega a irse de la huelga.
Empieza una semana con
esperanzas de que la Corte Constitucional se pronuncie sobre el caso Bogotá que
no suceda como con frialdad describió Antonio Caballero: "Tal vez está esperando para
pronunciarse a que los novilleros en huelga se mueran de hambre."