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Con una ovación de pie fue recibido anoche el novillero Joaquín Galdós en la charla que ofreció a los aficionados limeños para contar su vida y sentimientos ante el tremendo reto de encerrarse con seis novillos en Acho.
"Hace muchas noches que no duerme bien pensando en ese día, para mí es muy especial, si me lo ofrecieran para Madrid o Lima, elijo Acho porque desde que sentí como me recibieron el año pasado, creo que les debo todo y haría todo por agradarles".
También contó de sus inicios y de cómo fue el propio -hoy matador de toros- Andrés Roca Rey, cuando iba a tentar a la ganadería de su padre, y Joaquín era sólo "el hijo del ganadero y le hablaba de usted" quien lo animaba a salir a pegar algún pase y que luego, fue también Roca Rey quien le dijo que compartiera sus entrenamiento en el parque Reducto, porque además viven muy cerca en Miraflores.
Y así fue que el bichito le prendió. Confesó que lo suyo fue una decisión tardía, "porque era muy cobarde y sabía que si tomaba la decisión era para estar a firme y al máximo". Lo decidió y se fue a España, sufrió en los inicios, dejar a la familia y empezar el empeño por el sacrificio que conlleva, pero "no me quejo porque haciéndolo soy feliz, no busco diversión en esto, me siento feliz toreando y siendo torero".
En su momento, cuando habló del ya histórico mano a mano del año pasado en Acho, confesó que Roca Rey le dijo: "Maldita la hora que te dije que torearas...". No hay duda que existe rivalidad entre nuestros dos grandes toreros que escriben páginas históricas en los ruedos del mundo. Rivalidad que queda en el ruedo, como debe ser.
Comentó también que tanto en España como en Francia ven al Perú taurino de manera diferente desde que son los dos toreros los que han barrido, literalmente, con el escalafón menor, dejando muy en alto nuestros colores en el orbe taurino.