martes, 6 de julio de 2010

Video 1ª de San Fermín. Actitud y personalidad de Diego Silveti.

Por Pedro Abad-Schuster

El video de la 1ª de Pamplona está en el link (copiar y pegar):
http://www.plus.es/feriastaurinas/player_video.html?xref=20100705pluutmtor_1.Ves

Plaza de toros de Pamplona. Primera de San Fermín. Lunes 5 de julio 2010. Tres cuartos de plaza. Novillos de Marqués de Domecq, el quinto como sobrero, de distintas hechuras y en general de pocas opciones, principalmente por su falta de raza. Cristian Escribano: silencio (tras aviso), silencio (tras aviso). Juan del Álamo: ovación, silencio (tras aviso). Diego Silveti (de Irapuato-Guanajuato, México): silencio, ovación.

Dio inicio la feria de San Fermín con una interesante novillada en la que se registró más de tres cuartos de entrada en la plaza de toros de Pamplona en la que se lidió una novillada con falta de raza y deslucida en general del Marqués de Domecq. Una tarde en la que no hubo trofeos, principalmente por la falla de la suerte suprema, pero hubo tres novilleros que han debutado en este coso y que estuvieron a la altura, Cristian Escribano, Juan del Álamo y Diego Silveti quienes han justificado su presencia en su condición de novilleros punteros y que han dado una tarde interesante. Escribano y Juan del Álamo mostraron su sitio y rodaje con actitud, mientras que Diego Silveti, con menos novilladas en su haber y con dos novillos con pocas opciones, fue capaz de concentrar la atención del público en el último novillo por su personalidad, estando muy relajado manejando los engaños. Si su actitud con los trastos hubiera sido la misma en la suerte suprema, estaríamos hablando de un triunfo.

Diego Silveti se estrelló con el tercero de la tarde, un animal con poca fuerza que pareciera estar lesionado, el cual impidió que la faena tomara cuerpo, y aun tras la actitud del mexicano, el novillo fue a menos y tras esas condiciones, Silveti le costó trabajo meter la espada. Con el que cerró Plaza, Diego salió a por todas y no defraudar a su abuelo Juan Silveti quien se encontraba en el callejón de la plaza acompañado del navarro Pablo Hermoso de Mendoza. Saludo a su enemigo toreando a la verónica, rematando con una media, posteriormente se hecho el capote a la espalda para lucir en un quite por gaoneras que termino con un revolera de cartel. Ya con la muleta el mexicano estuvo muy firme logrando pases de muy buena manufactura que calaron en el tendido, pero de nuevo la escaza fuerza de su enemigo no permitió que Silveti culminara su actuación de la mejor manera, ya que desafortunadamente falló de nuevo con la espada, dejando ir una oreja que ya la tenía en el bolcillo. Al final Diego Silveti comentó: “Me encuentro bien ya que el puse todo de mi parte pero lamentaba el lote que me toco, con poca fuerza, no me permitió mostrar mi toreo, aun así sobre todo con el segundo, me sentí a gusto toreando de capa y también el quite por gaoneras, que pena que con la muleta mi novillo perdió fuerza, y solo pude sacarle los pocos muletazos que traía y al final el novillo termino con la cara arriba lo cual me costo para meterle la espada, pero bueno me quedo con la actitud mostrada y aun falta mucho”

Escribano se le vio firme con ritmo y ligazón con el novillo que abrió plaza, que se movió pero nunca acabó de romper. El novillero de Toledo nunca volvió la cara, aún a costa de sufrir una fuerte voltereta sin consecuencias serias y posteriormente perder una oreja primero con un mete y saca muy bajo después de otros intentos, logro dar muerte a su enemigo, tras aviso. El cuarto fue un animal alto que nunca humilló y con el que el torero anduvo sereno y asentado, hasta extraer de uno en uno muletazos con reposo y limpieza, pero volvió a fallar con el acero.

Juan del Álamo se enfrento al segundo de la tarde que manseó y salió suelto en los primeros tercios al que el salmantino sujetó con la muleta en una faena basada por el derecho, dejando la muleta puesta al novillo y encauzar su acometida con temple y convicción. Aderezó a con afarolados y remates de pecho, desafortunadamente fallo en cuatro ocasiones con la espada que también le dejaron sin premio. El quinto fue un sobrero que se defendió con mal estilo y en uno de sus numerosos derrotes alcanzó al novillero salmantino, que no volvió la cara y le buscó las vueltas con recursos antes de volver a estropear su meritorio hacer con la espada. (Fuente: suerte matador)