Mañana será un día decisivo para la Fiesta de los Toros, para el espectáculo taurino, para una tradición que si bien tiene partida de nacimiento en España, se instauró en los países de América donde la viven como propia. Fiesta Nacional, en cada país que la ostenta también como tradición y patrimonio cultural inmaterial que debe por merecimientos propios ser protegido. Sin embargo, mañana puede ser un día señalado, un punto de inflexión negativo para su propia historia. Y en esto, una vez más, son los políticos de turno los que tienen la responsabilidad de la historia en sus manos, en su voto.
Mañana se someterá a votación en el Parlamento Catalán la solicitud de una institución (ILP) para abolir las corridas en esa comunidad autonoma. Según informan los medios, aprobarla implicaría un costo de 300 millones de Euros para los catalanes como pago de indemnizaciones a la gestora de la plaza de toros de Barcelona que genera alrededor de 4 millones de Euros al año de tributos al fisco. Esto es que cada contribuyente tendría que pagar o contribuir con 57 Euros para abonar las indemnizaciones.
Otra información señala que la prohibición de los toros en Cataluña está en manos del PSC. La decisión de su Ejecutiva de dar libertad de voto en la votación que se producirá mañana en el Parlamento autonómico no sólo ha dejado al descubierto la incoherencia de su portavoz, David Pérez, sino que ha introducido un punto más de disputa en una votación que ya se antojaba reñida.
Los partidarios de prohibir los toros cuentan con el voto de 33 diputados: 21 de ERC y 12 de ICV. Algunos votos de CiU caerían de este lado, aunque no está muy claro cuántos. Los partidarios de los toros en Cataluña tienen asegurado el voto de los 14 diputados del PP y de los tres del Grupo Mixto.
Con las cábalas en la mano, los partidarios de prohibir los toros tienen ventaja en la votación de mañana. Por eso es tan importante el sentido del voto de los 37 diputados del PSC. De ellos depende que mañana el Parlamento catalán acabe con los toros en Cataluña o triunfe la libertad.
Digo yo: ¡QUE SE PRONUNCIE EL PULPO PAUL!
(Mundotoro, Burladero)