domingo, 6 de noviembre de 2016

Roca Rey a hombros en su reaparición limeña

Foto Luis Herencia - Casa Toreros
@magalyzapata

Acho vibró con el duelo de gigantes en el que “El Juli” cortó oreja

Foto Lamiura

Un entradón de plaza llena fue el sensacional marco que tuvo el mano a mano entre “El Juli” y el peruano Andrés Roca Rey en tarde de ribetes históricos. Julián López cuajó dos faenas de antología pero sin espada y lo que iba para cuatro se quedó en una oreja. Por su parte, Roca Rey cortó las dos de su segundo, el mejor toro del encierro español de Garcigrande que tomó antigüedad en el coso más antiguo de América.
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Tras el minuto de silencio en rigor de los sucesos luctuosos del año y roto el paseíllo, los parroquianos en pie estallaron en ovación cerrada a los diestros, saliendo primero el de casa y luego acompañado por el madrileño quien saludó un ovación en los tercios al salir arrastrado el primero de la tarde.
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Firmó un faenón de recordar Julián al Garcigrande, sin dejarse nada en el tintero y de no pinchar, dos apéndices eran suyos. Tuvo poca fuerza pero fue muy noble “Tizito”, ordenó señalarlo en varas. Hasta eso ya había presentado sus cartas, verónicas, lopecinas y remates a una mano de torería dorada. Bonito el gesto de brindar al peruano su labor. Con la muleta hizo y deshizo “El Juli”, con gusto, poder y temple exquisito, bajando mucho la mano, enganchando adelante, llevando muy detrás la embestida noble del astado que era comodísimo de cabeza. Disfrutó y nos hizo disfrutar del toreo de kilates, tanto que se hincó en el albero rimense barriendo la arena con la muleta al cerrar su labor.
Su segundo fue pitado en el arrastre, sosito, no trasmitió, humillaba y tenía buen inicio de muletazo pero malo final, por lo que, aun cuando lo sujetó y ligó con puro oficio, su faena no tomó vuelos, desacertado con el acero, repitió pinchazos.
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Otro lío gordo formó Julián con el 5º, un bonito colorado que no tuvo tanto recorrido como nobleza, pero el prodigio de su muleta y saber, condujeron al toro “Rabanillo” de Domingo Hernández por el camino de la entrega imantada en la pañosa, naturales de escándalo por profundos y bajos, muy hondos, y no tardó en llegar el pinchazo que derrumbó otra obra que iba para dos, se pidieron, pero el palco sólo otorgó una que recogió visiblemente contrariado el maestro que sabía que su rival, ya tenía la puerta grande abierta y se perdía la foto. Justa y merecida despedida dio el público de Acho a Julián al salir por su pie del ruedo arropado con el ¡torero – torero!
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“Célebre” se llamó el toro de la reaparición del peruano Andrés Roca Rey al toreo, y sucedió hoy en Acho. Lamentablemente no tuvo suficiente material para lucimiento. El corto recorrido de su embestida y además protestando los muletazos, hizo que su empeño no remontara. Le bajó la mano, acortó distancias para dar con el sitio de enganche con el público. Echó mano de los cambiados sin aire por medio y siguió con la muleta retrasada. Recetó un puñetazo y lo cazó en buen sitio que no fue suficiente. Varios descabellos desvanecieron algún saludo.
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El cuarto fue el de las orejas para el peruano que tuvo en “Veleto” el mejor de la tarde, noble y repetidor desde capote se lució con cadenciosas verónicas y lances vistosos que ya son propios, de cartel los remates toreros a una mano. En muleta sometió y le pudo en largo, muy ajustado, trasteó por ambas manos y caló hondo su estar torero y cuajado en figura. Toro bueno y toreo del bueno, fino y apretado. Pincha arriba y entera con petición mayoritaria de dos concedidas.
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El último fue el esaborío de la tarde. Sin entregarse, sin recorrido, lo intentaba fijar y salía suelto. Porfió y porfió pero el público pedía brevedad que no dio. Así concluyó una tarde de las llamadas históricas, con un público entregado y disfrutando de cada minuto de toreo caro regalado por los dos diestros que se batieron en duelo de gigantes.
Foto Lamiura

FICHA. Domingo 6 de noviembre 2016. Plaza de toros de Acho, 1ª de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Se lidió un encierro de Garcigrande, el 5º de Domingo Hernández, nobles y con poca fuerza, vuelta al ruedo para 4º y 5º. Julián López “El Juli” (Esp), saludos, silencio y oreja. Andrés Roca Rey (Per), división, dos orejas y silencio. Incidencias: Destacaron en banderillas Dennis Castillo y Ronald Sánchez. El despeje fue realizado por un chalán en caballo de paso peruano; un charro y un jinete español en caballos españoles, como se hiciera hace 71 años en que se diera el primer paseíllo ferial nazareno.
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