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viernes, 4 de septiembre de 2015

Acho 2015, buen cartel, ausencias notables y muchas explicaciones que dar

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Anoche la empresa ecuatoriana Citotusa hizo público el cartel oficial de la Feria del Señor de los Milagros 2015. En este medio habíamos dado cuenta ‘exacta’ en la última semana de lo que finalmente se hizo oficial. Bingo.

Como es lógico, el anuncio oficial ha sido acogido con algarabía por los aficionados que por fin ven una luz en el túnel porque su feria postinera, que parecía se quedaba al garete, tiene ya fecha de inicio y carteles importantes, y con la vuelta del ganado español a la arena del Rímac como protagonista, aunque también, porque todo hay que decir, con grandes ausencias como las de El Juli, Manzanares y el peruano Joaquín Galdós. Temas meramente taurinos por los que la empresa ecuatoriana deberá dar razón de la no comparecencia, la pregunta es saber quién lo dirá pues no se conoce quién es su vocero oficial ya que sus gerentes o socios no hablan. Alguien me comentó que la fotógrafa española Sara Manjón estaría sustituyendo a la señora Barrón.


Sin embargo, y a fuerza de querer ser, o parecer, ‘abogado del diablo’, o aguafiestas, veo el cartel anunciador oficial y no es el brillo lo que me deslumbra sino lo que hay detrás, o no hay. Me explico.

En la cabeza de la imagen del cartel oficial se ve el anuncio de Acho y su feria 2015 de la que emergen un encierro de toros ‘españoles’, según se especifica y se vende. Y en esa venta, porque es un cartel publicitario, también se incluye ‘250 años’. Me pregunto ¿nos quieren dar gato por liebre? ¿Nos quieren vender que esta feria del 2015 sería la tan esperada feria por los 250 años de aniversario que los aficionados estamos esperando y deseando vivir por ser histórico y que se cumple el 31 de enero del 2016? Sí es así, no es de recibo. Y si no, es una publicidad que induce a error.  Además de ello, se anuncian cinco carteles de corridas de toros del 1 al 29 de noviembre en días domingo. ¿y las novilladas?

En este punto, viene otra vez la responsabilidad que en todo esto tiene la propietaria de Acho, la Sociedad de Beneficencia de Lima, que el año pasado en mayo concesionó la plaza a la empresa ecuatoriana Citotusa por seis años, hasta el 2020, con unas condiciones en lo taurino que, según este cartel anunciador y publicitario NO SE CUMPLEN.

Citotusa firmó en el salón de actos de la Beneficencia, el viernes 23 de mayo del 2014, y porque firmó juró cumplir con una fianza bancaria de fiel cumplimiento, la celebración de 3 espectáculos benéficos, entre los que se encontraban dos novilladas con picadores y un festival. En el 2014, los aficionados no vimos ningún festival y menos benéfico anunciado en Acho por esa empresa. Y este año, no vemos ni las novilladas ni el festival.

Sucede que en los últimos meses los corrillos taurinos fueron inundados y los medios también, concretamente desde el pasado mes de julio, que la Beneficencia estaría enfrentando problemas contractuales por incumplimiento. Ante el cartel publicado, es ya evidente. Se comentaba también que la fianza bancaria de fiel cumplimiento  se habría dejado vencer sin ejecución y que, se hizo público más adelante, Citotusa y Beneficencia habían  acordado o firmado, continuar hasta diciembre por lo que la feria se daba. 

Todo iba en condicional porque eran trascendidos que a día de hoy no han sido ni confirmados ni desmentidos  por los involucrados.   Por ello,  el cartel anunciador de la feria limeña 2015 se convierte hoy en el único documento que nos puede confirmar  que sí hubo un acuerdo bajo la mesa, firmado o de palabra, por el cual  Citotusa anuncia una feria taurina 2015 reducida, menguada, con cinco festejos y no ocho como mandaba el contrato firmado el 2014.

Insisto, soy aguafiestas y por eso quiero mirar más allá del frondoso árbol. Para mí no es de recibo que se nos ponga el caramelito en la boca, que está buenísimo, muy rico, pero que me deja sin saber que hay más allá de esto y sobre todo que hubo antes.

Esto no es un juego. Implica gestión administrativa negligente porque ya es evidente que no se cumplen las bases de la concesión y por ende del contrato 2014-2020 firmado y porque, si son ciertas las elucubraciones o trascendidos, los aficionados tenemos todo el DERECHO de saber que se cocinó en las viejas oficinas de la Beneficencia de Lima porque, es evidente, que ha sido en perjuicio de los intereses de los aficionados y también de los menesterosos a los que sostiene la Beneficencia.

A estos, porque el contrato de marras tenía una renta mínima de un millón 717 mil soles al año más el 13% de ingreso por entradas,  además de otros  como el de los eventos benéficos. Y a los aficionados, porque veremos este año tres festejos menos y porque no sabemos qué será de Acho en los próximos años, ni siquiera que pasará en enero 2016 con el sesquibicentenario.  No sabemos si el contrato firmado el 23 de mayo del 2014 sigue vigente con alguna adenda legal, o no. O si se firmó, se acordó, se arregló otra cosa.

Negligencia, falta de transparencia de la gestión pública, como mínimo, tipificaciones que los abogados sabrán etiquetar, y las instancias de control público sabrán castigar.

Por lo pronto, hoy, ahora, es perentoria la plabra de la Beneficencia de Lima porque sus funcionarios: Martín Marcial Bustamante Castro, su presidente, el economista Félix Alfredo Saldaña Núñez, su gerente general y sus directores, María Soledad Rodríguez Larraín de Lavalle de Arbulú y Jorge Luís Zegarra Lévano, que son puestos por el alcalde de Lima,  tienen que dar muchas, muchísimas explicaciones sobre su gestión y el arreglo con Citotusa.
(La web SBLM informa del proceso del 2012)