Los nacionalistas han cogido en esta ocasión la sartén por el mango y se aprovechan de la debilidad general en que la sociedad está sumida para dar un golpe injusto a la fiesta. Eso es lo verdaderamente preocupante. La fragilidad para defender ciertos arrebatos que pueden romper el vaso de una convivencia normal para después no saber cómo nos repartimos los trozos.
No me sorprenden las prohibiciones tajantes y sin posibilidad de apelación. Es algo a lo que desgraciadamente nos vamos acostumbrando. Me da pena contemplar este panorama después de haber logrado tantas conquistas a raíz de la transición democrática. Sólo entiendo la persecución en la cabeza de quien está dispuesto a obligar a un país rico, abierto y cosmopolita como Cataluña a convertirse en un rincón donde reine un ruralismo sospechoso y semifascista. Ojalá no cunda el ejemplo.
No me sorprenden las prohibiciones tajantes y sin posibilidad de apelación. Es algo a lo que desgraciadamente nos vamos acostumbrando. Me da pena contemplar este panorama después de haber logrado tantas conquistas a raíz de la transición democrática. Sólo entiendo la persecución en la cabeza de quien está dispuesto a obligar a un país rico, abierto y cosmopolita como Cataluña a convertirse en un rincón donde reine un ruralismo sospechoso y semifascista. Ojalá no cunda el ejemplo.