La Plaza Silverio Pérez de Texcoco estuvo casi llena el sábado 27 de Marzo 2010 con aficionados que vinieron desde la cercana ciudad de México a ver a El Juli. Se lidiaron toros de Vicky de la Mora, bien presentados y de buen juego en general.
El Juli enfrentó el lote menos propicio. Vistiendo de azul marino y oro, con el 2° de la tarde de 470 kgs, el madrileño bordó con pasmosidad una faena de figura del toreo, por el sitio, distancias y toques; la estocada trasera le impidió cortar las orejas. Con su segundo, 5° de la tarde de 466 kgs, el toro iba atropellado con las manos por delante, sin ritmo; poco pudo hacer Julián.
Ignacio Garibay, de verde manzana y oro, enfrentó al 3° de la tarde de 510 kgs, que llegaba a la muleta sin fuelle, apagándose demasiado pronto; estocada en el sitio. Palmas. El 6° de 480 kgs, fue un toro encastado que iba a más con raza, con instantes de acoplamiento de Ignacio con el animal. Estocada tendenciosa y palmas tras aviso.
Eulalio López Zotoluco, de ciruela y oro, con su 1° de 490 kgs, toro noble y con clase, faena de mérito destacando los naturales y redondos. Estocada fulminante para dos orejas.
El toro de la tarde – y quizá de la feria y de muchas ferias – fue el 4to de 560 kgs., berrendo en cárdeno, alunarado, botinero, que fue indultado. Embistió desde que salió por toriles, iba y venía sin descanso, con clase y recorrido. Quizás le faltó un puyazo. Es innegable que Zotoluco trató de estar a la altura ante aquel vendaval que imponía su ley y desbordaba al mexicano, en una lidia con altibajos. El público exigente, empezó a gritar “¡toro, toro!”. El torero veía como el toro se le seguía arrancando de largo como para exigirle pelea, pero el torero decidió no seguir intentando. El juez de plaza, con gran tino, ordenó el perdón del animal, que recibió fuerte ovación al igual que el ganadero Fernando de la Mora que dio la vuelta al ruedo….sin el torero. Zotoluco no había recibido los trofeos simbólicos, salió al tercio a recibir la recriminación de la gente. Eulalio no torea en la Plaza México desde hace unos 3 años y en Guadalajara con frecuencia enfrenta a un grupo de “reventadores”. Quizás el toro, por la falta de un puyazo era inmanejable. Pero, de una u otra forma, el toro había desbordado a la figura de México, el toro había sido el rey de la tarde.
El Juli enfrentó el lote menos propicio. Vistiendo de azul marino y oro, con el 2° de la tarde de 470 kgs, el madrileño bordó con pasmosidad una faena de figura del toreo, por el sitio, distancias y toques; la estocada trasera le impidió cortar las orejas. Con su segundo, 5° de la tarde de 466 kgs, el toro iba atropellado con las manos por delante, sin ritmo; poco pudo hacer Julián.
Ignacio Garibay, de verde manzana y oro, enfrentó al 3° de la tarde de 510 kgs, que llegaba a la muleta sin fuelle, apagándose demasiado pronto; estocada en el sitio. Palmas. El 6° de 480 kgs, fue un toro encastado que iba a más con raza, con instantes de acoplamiento de Ignacio con el animal. Estocada tendenciosa y palmas tras aviso.
Eulalio López Zotoluco, de ciruela y oro, con su 1° de 490 kgs, toro noble y con clase, faena de mérito destacando los naturales y redondos. Estocada fulminante para dos orejas.
El toro de la tarde – y quizá de la feria y de muchas ferias – fue el 4to de 560 kgs., berrendo en cárdeno, alunarado, botinero, que fue indultado. Embistió desde que salió por toriles, iba y venía sin descanso, con clase y recorrido. Quizás le faltó un puyazo. Es innegable que Zotoluco trató de estar a la altura ante aquel vendaval que imponía su ley y desbordaba al mexicano, en una lidia con altibajos. El público exigente, empezó a gritar “¡toro, toro!”. El torero veía como el toro se le seguía arrancando de largo como para exigirle pelea, pero el torero decidió no seguir intentando. El juez de plaza, con gran tino, ordenó el perdón del animal, que recibió fuerte ovación al igual que el ganadero Fernando de la Mora que dio la vuelta al ruedo….sin el torero. Zotoluco no había recibido los trofeos simbólicos, salió al tercio a recibir la recriminación de la gente. Eulalio no torea en la Plaza México desde hace unos 3 años y en Guadalajara con frecuencia enfrenta a un grupo de “reventadores”. Quizás el toro, por la falta de un puyazo era inmanejable. Pero, de una u otra forma, el toro había desbordado a la figura de México, el toro había sido el rey de la tarde.