viernes, 26 de marzo de 2010

Orejas, rabo y arte de Fariña en Lucena



JAVIER GARCIA BAQUERO
Golpe en la mesa de Silvera, arte de Fariña y firmeza de Barroso en tarde accidentada con cogida de Doblado y herida de Pepe Luis ante buenos novillos de Millares.

Lucena del Puerto. Homenaje a Miguel Báez Spuny en el sexagésimo aniversario de alternativa. Pepe Luis Vázquez silencio. Emilio Silvera dos orejas y rabo. Francisco Barroso, dos orejas y rabo, Jesús de Fariña, dos orejas y rabo. Pepe Doblado silencio. El novillero Emilio Martín Silencio.

Por fin los dioses del toreo convencieron al Dios de la lluvia para que diese una tregua y permitió que se celebrará el festival anunciado en primera instancia en el mes de Enero, con motivo de la festividad de San Vicente Mártir... no es cómoda la tarea que nos ocupa hoy, juzgar a nuestros amigos... Dos peligros nos acechan, ser demasiado bonancibles y juzgar con excesivo cariño...

Al lío, la novillada guapa, la propia para un festival de este tono, bien de kilos, cómoda de cara y la propia para embestir. Pepe Luis Vázquez sufrió los efectos de abrir plaza, el piso demasiado cargado e irregular hicieron que ni matador ni novillo se acabasen de confiar, sólo pudimos disfrutar de contadas gotas pero de mucho sabor al natural de la torería del sevillano. Para colmo se hizo daño al entrar a matar en la mano derecha. Muy de agradecer la presencia del sevillano en Lucena cuando mañana tenía un compromiso de más enjundia que se acaba perdiendo.

Emilio Silvera sentó cátedra de toreo grande, de entender al toro, de picarlo lo justo, de llevarlo a los terrenos donde se podían acoplar embestida, piso y franela. Su lección de temple fue magnífica, su lección de pureza de otra dimensión de la más grande, su solidez abruma en un torero que hace siete meses que no torea en público. Toreando ya para si mismo, para el alma torera que es el motor de su vida. Sabor, temple, poder, gusto y torería.

Fariña es arte, es sentimiento y es el orgullo de sentirse torero las 24 horas del día. Ayer le salió un toro que le permitió gustarse y gustar, sentirse. De merito lo del torero onubense, podía haber buscado el triunfo fácil, la ligereza, el pasar por allí, y sin embargo eligió el camino de la grandeza, de intentar bajar la mano y dibujar el toreo grande a fe que lo consiguió. El novillo tenía un excelente son, pero se encontró un torero lleno de firmezas y de regusto íntimo por sentirse torero. Detalles de madurez de un torero en sazón.

Barroso es la raza torera, el torero por hormonas, por cerca le mete miedo al miedo, de largo sabe embarcar la embestida. Al precioso chorreao que hacía cuarto lo cuajo en ambas distancias y en los terrenos que impuso, el toro no acababa de humillar, montadito arriba y miraba, pero se encontraba frente a frente con la mirada de quien le decía que le estaba pudiendo. Lo ha matado de una gran estocada.

Doblado se las hubo de ver con un toro negro, mal lidiado, que descabalgo al picador que lo dejo entero y no se entregó nunca, el toro pedía firmeza y seguridad a cambio de peligro y tornillazos.. Tras un desarme a mitad de faena se vino arriba el de Espantalobos y se hizo el amo del ruedo, hasta que acabo dando una voltereta feísima a Doblado cuando entraba a matar. Con la espada paso un quinario el torero hasta que pudo acabar con su oponente.

Emilio Martín cerraba la tarde y sorteó un animal manso, aculado en tablas y al que no supo darle la faena que le hubiera permitido sacarle las dos tandas que tenía el novillote. Mala suerte para el extremeño.

Alguien debería tomar nota y estos toreros de Huelva deberían estar en los carteles en la más importante feria de la provincia.Tarde de mucho sabor, entretenida y con hondo sabor onubense. Una afición, la onubense, que volvió a dar la espalda a un festejo que hubiera merecido mayor presencia de público. Pero como siempre decimos, estuvieron los cabales y de esos siempre hay pocos.