El quinto es un marmolillo que para el subalterno y el desencanto de Morante se hace patente. Tres puyazos traseros de los que se escupe. Pases de castigo, desarme y a matar sin mas tramite, entre rechiflas. Pincha cuarteando por partida doble. Vuela al callejon el descabello y lo despena al segundo intento. Bronca a toro.
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