Acabo de leer una noticia a todas luces preocupante no sólo para la empresa gestora de la Feria del Señor de los Milagros sino tambien para la afición de la plaza más antigua de América, Acho, si como se trata es de tener este año un cartel histórico por donde se le mire, como se anunció en la conferencia de prensa.
En ese momento, el empresario Freddy Villafuerte refirió que las conversaciones con José Tomás iban al 80% para ser anunciado junto con Enrique Ponce y El Juli en la última de abono, 5 de diciembre, y con toros del maestro César Rincón, según el propio ganadero señaló en declaraciones a un programa radial colombiano semanas atrás.
El caso es que la empresa de Bogotá ha lanzado la red para ver si pesca las intenciones de José Tomás de estar en su próxima temporada y las engancha con la corrida del citado Rincón. Ganadería que sin duda cuenta con máximo cartel en esa plaza y más aún cuando el próximo año celebran 80 años del coso capitalino.
Es así que entre declaraciones del gerente de la Corporación de Bogotá, señor Negret, y la difusión a través de los medios (en este caso de la sección taurina de Caracol a cargo de Guillermo Rodríguez) de las mismas, se intenta poner en la disyuntiva, o presionar, al ganadero Rincón de si enviar su corrida a Lima o lidiarla en Bogotá. Y si no lo cree, lea usted lo que declara el señor Negret y apostilla el autor de la nota al respecto:
La verdad, todo hay que decirlo, depende de José Tomás. El dirá si la quiere para Acho o La Santamaría. El tema es que el diestro no se ha inclinado aun por confirmar su ida a Lima. En el caso de Bogotá, la empresa cree que la respuesta del torero será afirmativa por el cariño que se profesan el artista y la afición capitalina. Solo están confirmados Manzanares y El Juli y en el caso concreto del de Galapagar se conversará con él en Sevilla a donde viajarán los directivos de Bogotá para sellar la presencia de las cabezas de cartel incluido Pablo Hermoso de Mendoza. El maestro Rincón manifestó que jamás ha habido un punto de discordia y que hace unos días apartó en el campo las corridas que irían a Bogotá ( o Lima ), Cali, Manizales, Medellín y Duitama. De momento.
No cabe otra forma de pensar cuando repasamos las noticias y encontramos que aquí mismo informáramos con fecha 23 de febrero lo que el maestro y ganadero César Rincón declaró a ese mismo medio que había YA comprometido sus corridas para Lima y Cali. : "Lo lamento pero no puedo aceptar la invitación que me hicieron para la capital. Me es imposible. 0tra vez será". O será que todo es cuestión de parné, más allá de lo que pida el divo de Galapagar...
En todo caso, lo que está claro, es que empieza un pulseo bravo entre Lima y Bogotá por los toros de Rincón amarrados a la presencia de José Tomás. Pero me pregunto ¿qué pesará más en el ánimo exquisito de jotaté: si volver ante una afición que ya lo ha visto y lo arropa como la de la Santamaría o volver a torear en una Catedral del Toreo como es Acho, donde alguna (y única vez fuera de su patria) toreó Joselito "El Gallo" o el gran Juan Belmonte, venir para llevarse el "Escapulario de Oro de Lima", de lejos el trofeo más importante de los que se otorgan en América , por su categoría y abolengo, y que el torero de Galapagar aún no tiene en su palmarés de leyenda. Así las cosas, Taurolima deberá apretar el acelerador e hilar fino para rematar el cartel con el ofrecimiento hecho a la afición.
El caso es que la empresa de Bogotá ha lanzado la red para ver si pesca las intenciones de José Tomás de estar en su próxima temporada y las engancha con la corrida del citado Rincón. Ganadería que sin duda cuenta con máximo cartel en esa plaza y más aún cuando el próximo año celebran 80 años del coso capitalino.
Es así que entre declaraciones del gerente de la Corporación de Bogotá, señor Negret, y la difusión a través de los medios (en este caso de la sección taurina de Caracol a cargo de Guillermo Rodríguez) de las mismas, se intenta poner en la disyuntiva, o presionar, al ganadero Rincón de si enviar su corrida a Lima o lidiarla en Bogotá. Y si no lo cree, lea usted lo que declara el señor Negret y apostilla el autor de la nota al respecto:
La verdad, todo hay que decirlo, depende de José Tomás. El dirá si la quiere para Acho o La Santamaría. El tema es que el diestro no se ha inclinado aun por confirmar su ida a Lima. En el caso de Bogotá, la empresa cree que la respuesta del torero será afirmativa por el cariño que se profesan el artista y la afición capitalina. Solo están confirmados Manzanares y El Juli y en el caso concreto del de Galapagar se conversará con él en Sevilla a donde viajarán los directivos de Bogotá para sellar la presencia de las cabezas de cartel incluido Pablo Hermoso de Mendoza. El maestro Rincón manifestó que jamás ha habido un punto de discordia y que hace unos días apartó en el campo las corridas que irían a Bogotá ( o Lima ), Cali, Manizales, Medellín y Duitama. De momento.
No cabe otra forma de pensar cuando repasamos las noticias y encontramos que aquí mismo informáramos con fecha 23 de febrero lo que el maestro y ganadero César Rincón declaró a ese mismo medio que había YA comprometido sus corridas para Lima y Cali. : "Lo lamento pero no puedo aceptar la invitación que me hicieron para la capital. Me es imposible. 0tra vez será". O será que todo es cuestión de parné, más allá de lo que pida el divo de Galapagar...
En todo caso, lo que está claro, es que empieza un pulseo bravo entre Lima y Bogotá por los toros de Rincón amarrados a la presencia de José Tomás. Pero me pregunto ¿qué pesará más en el ánimo exquisito de jotaté: si volver ante una afición que ya lo ha visto y lo arropa como la de la Santamaría o volver a torear en una Catedral del Toreo como es Acho, donde alguna (y única vez fuera de su patria) toreó Joselito "El Gallo" o el gran Juan Belmonte, venir para llevarse el "Escapulario de Oro de Lima", de lejos el trofeo más importante de los que se otorgan en América , por su categoría y abolengo, y que el torero de Galapagar aún no tiene en su palmarés de leyenda. Así las cosas, Taurolima deberá apretar el acelerador e hilar fino para rematar el cartel con el ofrecimiento hecho a la afición.