Cinco minutos para las tres de la tarde y en la puerta de cecina había una cola de decenas de personas con acreditación al cuello, yo por delante, peleando por que nos dejaran pasar. Es demasiado tarde, la entrada es a las 2.30 p.m. Exigencia horaria que no consta en el pase y tampoco fue informada por comunicados. Un papel pegado en la puerta de cecina daba fe de la nueva condición para entrar. Entre los desaforado estaban compañeros de la televisión (4-5-2) y otros muchos medios (Caretas entre ellos). Ante la presión, a última hora se permitió el ingreso.