En la mulea, cimbrea la cintura y acompaña la templada, noble y enclasada embestida del Nuñez del Cuvillo. Morante de morado y azabache enloquece al gentío en la plaza de El Puerto... se raja el toro. Una pena, ahí va el torero, entre las dos rayas de picar... baja la mano, se cruza, liga los derechazos... todo muy barroco pero pegado a tablas, a la puerta grande ¿la abrirá?
Dice un contertulio de Juan Ramón Romero que no ve a Morante físicamente en condición... que no aguanta el tranco. Deslavazado va el toro por el pitón izquierdo, baja la tesitura de la faena, no hay olés... una pena. La trincherilla despierta a la gente otra vez. Falta estructura de la faena, dicen....
Cantan fandangos en el tendido, de Manuel Orta, y Morante espera que terminen para seguir toreando... Arrebata otra vez por derechas... y remonta la faena gracias a Manuel Ortas, torea por fandangos. Entra a matar y hay muchos morantistas por aquí, dicen; lo sigo viendo agotado, dice otro... apunta al morillo, mete el brazo y... ayyyyyyyyy pincha.
Han habido momentos de emoción pero los muletazos no han sido los que nos tiene acostumbrados... el toro en el centro le hubiera servido más.
No puede respirar, le falta aire... ¿serán los fármacos? dicen. La segunda espada hace guardia...