Los taurinos hacen lo que quieren porque el público no hace lo que debe. Los primeros hacen y deshacen a su gusto y, en función de sus intereses, maltratan a la fiesta, la adulteran y la degeneran. Y el público, bendito, superficial, festivalero e incompetente en esta materia, aplaude y admite toda clase de tropelías. (Antonio Lorca)
Lo denuncia por lo sucedido en la Feria de Málaga ayer, donde la autoridad pasó reconocimiento a 16 toros, y se aprobaron seis de tres hierros diferentes que eran -a excepción del quinto- monas de circo, gatos, raspas impresentables para una plaza de ¿primera? no hubo toros, sino cabras sospechosamente afeitadas, inválidas -no existió el tercio varas-, descastadas y quién sabe si enfermas o beodas. Pero el público, tan contento. Y ahí radica el problema: si el cliente no exige le dan gato por liebre.
Lo denuncia por lo sucedido en la Feria de Málaga ayer, donde la autoridad pasó reconocimiento a 16 toros, y se aprobaron seis de tres hierros diferentes que eran -a excepción del quinto- monas de circo, gatos, raspas impresentables para una plaza de ¿primera? no hubo toros, sino cabras sospechosamente afeitadas, inválidas -no existió el tercio varas-, descastadas y quién sabe si enfermas o beodas. Pero el público, tan contento. Y ahí radica el problema: si el cliente no exige le dan gato por liebre.