viernes, 25 de junio de 2010

Fotos históricas. Tijuana y 50 años de la Plaza Monumental de Toros.

Por Pedro Abad-Schuster

Las fotos de la edificación de la Monumental de Tijuana en 1960 están en: http://www.mundotoromexico.com/2010/index.php?acc=galprod&id=1032

La historia de Tijuana es fascinante. Desde antes de 1889 se empezaron a ver a los primeros extranjeros que transitaban por la Avenida Olvera. A ellos los traía una compañía de transportes norteamericana en la que operaban negros, quienes eran los encargados de realizar la ruta San Diego-Tijuana. El presidente Porfirio Díaz permitió por ley el juego en México el 5 de enero de 1908, por lo que las poblaciones fronterizas no tardaron en buscar la manera de atraer turistas norteamericanos mediante el establecimiento de lugares de apuestas. La estratégica ubicación fronteriza que con respecto a otras entidades de la República tenía el poblado que sería Tijuana no podía ser desaprovechada por los extranjeros, particularmente los estadounidenses.

Existía un rico territorio por crecer y por ello, cuando en abril de 1909 el estadounidense John E. Russell, solicitó permiso para establecer un galgódromo en un terreno ubicado a mil metros de la línea divisoria con Estados Unidos, la idea no resultó descabellada. El propósito era construir una pista circular de un cuarto de milla para carreras de galgos con liebres inanimadas movidas por electricidad; dichas instalaciones también incluirían cantina y restaurante. El permiso fue concedido y ese mismo año se formó la sociedad denominada “Jockey Club de Tijuana S.A.”, autorizada para establecer además un hipódromo, hotel y casino. Se realizó una inversión de $250 mil pesos, misma cantidad que se invirtió para la compra de caballos de pura sangre. Entre sus principales accionistas se encontraban Henry Brolaski y Alexander Reynolds, éstos buscaban atraer al público, sobre todo el estadounidense, ya que la magnitud con la que crecían las actividades turísticas dejaban claro que aquí había futuro.

Lo que esos hombres buscaban era ofrecer a la sociedad actividades que por lo regular se encontraban prohibidas en su país. Fue hasta que el hipódromo se construyó cuando poco a poco comenzó a levantarse el puente bautizado como “La marimba”, que precisamente seguía una ruta que conectaba a la la línea divisoria hasta los comercios de la avenida Olvera (hoy avenida Revolución). La sociedad que se conformó para levantar la obra del hipódromo se fundó en 1916, y un año después comenzó a operar, ubicado en lo que ahora es la colonia Libertad.
Pero la bonanza económica llegó desde Washington en 1919, apenas a unos meses de terminada la Primera Guerra Mundial. En octubre de ese año el Congreso de Estados Unidos aprobó una iniciativa propuesta por el senador Andrew J. Volstead, que consistía en prohibir la producción y venta de bebidas embriagantes en todo el país; tal disposición entró en vigor al año entrante. Mientras que la población estadounidense vivía en medio de una serie de contradicciones morales, la proliferación de bares y cantinas en Tijuana no se hizo esperar.

El auge económico de los llamados “fabulosos veintes”, fue ayudado por el hecho de que en California se encontrara uno de los puertos más importantes de su país, San Diego. Una gran cantidad de barcos llegaban a comerciar y traían a los marinos, quienes de alguna forma, se convirtieron en los principales clientes de las cantinas ubicadas en el pequeño poblado de Tijuana. Estos negocios encontraron apertura con Esteban Cantú, quien se encontraba al frente del gobierno de Baja California. Por ello empresarios de San Francisco y Los Ángeles establecieron sin problema sus cantinas y centros nocturnos en Tijuana. Saldaña Rico platicó que al inicio de los años veinte Tijuana no rebasaba los mil habitantes, así que la mayoría de esos negocios tuvieron gran éxito, sobre todo, entre los estadounidenses. Los anuncios en los periódicos de aquella época publicaron que James Cofforth, concesionario que había comprado un permiso, apareció en el San Francisco Bulletin, donde se publicó que habían venido a Tijuana 8 mil 888 personas. Ese tipo de situaciones representaban un “boom” ya que por todas partes la noticia se esparcía de que la venta de bebidas alcohólicas era la principal actividad en la Tijuana de aquellos “gloriosos años”.

En el año 1924, se estableció el Hipódromo de Tijuana del Boulevard Agua Caliente y el Foreign Club. En 1927 se estableció el complejo turístico "Compañía Mexicana de Agua Caliente". El 9 de junio del siguiente año se inauguró El Casino de Agua Caliente. A este asistieron políticos, empresarios, y artistas del naciente cine californiano. El 15 de octubre de 1925, el presidente Plutarco Elías Calles, erigió en pueblo la congregación de Tijuana en la que se nombró Zaragoza al pueblo y Tijuana al municipio, pero, esto no se consolidó por problemas burocráticos y entonces se nombró Consejo Municipal. Fue hasta 1929 cuando dejó de ser consejo y de llamarse Zaragoza para transformarse en Delegación Municipal. En 1935 el general Lázaro Cárdenas clausuró el Casino de Agua Caliente y el Foreing Club, al decretar prohibida su operación en todo el país. Después el general decretó la Zona Libre Parcial en el Territorio Norte por de diez años. Dos años después de la clausura, se expropió el Centro Turístico Agua Caliente para establecer el Centro Escolar Industrial. Actualmente, en este lugar se encuentra la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas, una de las preparatorias públicas más reconocidas de la ciudad.El 16 de febrero de 1938, se desató un motín violento en el centro de la ciudad. Más de mil personas protagonizaron una violenta revuelta. Estos intentaban linchar al soldado Juan Castillo Morales acusado de asesinar a una niña. Los manifestantes incendiaron el Palacio Municipal y la estación de Policía. A partir de las confusas circunstancias de este hecho y el ulterior fusilamiento del soldado, nace la leyenda urbana de Juan Soldado.

Ese mismo año de 1938 se inauguró la plaza de toros de madera "El Toreo de Tijuana", reliquia de la ciudad ubicada en el Boulevard Agua Caliente, muy cerca del Hipódromo, en donde se presentaron todas las figuras del toreo de la época, desde Manolete hasta El Cordobés. A principios de 2006 la Plaza de Toros El Toreo enfrentó la disyuntiva de ser remodelada o derrumbada, dada las precarias condiciones en la andanada superior la cual había sido clausurada. Su propietaria Espectáculos Taurinos de México del Licenciado Bailleres, decidió desde la Ciudad de México, que no invertiría más en la plaza, a lo que no se opuso el Ayuntamiento de la ciudad a cargo del Presidente Municipal Jorge Hank Rhon, situación que resultó una violación a la normatividad dado que lo que correspondía era la expropiación de la Plaza El Toreo por ser Joya Histórica y Patrimonio de todos los tijuanenses. Queda en la historia la responsabilidad que a Hank le correspondió, tan es así que al año siguiente los electores del Estado –que incluye a Tijuana, Rosarito, Ensenada y Mexicali, le dieron la espalda en la votación para acceder a la Gobernatura del Estado de Baja California.

Desde 1960 la Fiesta Brava contó con un segundo escenario para las corridas de toros cuando el Mayor López Hurtado construyó la carretera de unos 10 kilómetros de extensión desde el centro de la ciudad, cerca de la Catedral de la Zona Norte, hasta la playa, y es en ese lugar al pie del mar y de la línea divisoria con Imperial Beach de San Diego que edifica en tiempo record La Monumental Plaza de Toros de Playas de Tijuana con Rodolfo Gaona en el cartel inaugural. -
Ver fotos anexas link: http://www.mundotoromexico.com/2010/index.php?acc=galprod&id=1032