Por Pedro Abad-Schuster
Eran otros tiempos en 1995. Recién emergía el video digital. No existía el internet ni las redes sociales como las conocemos hoy. La globalización apenas se consolidaba, con los flujos de capitales financieros intercambiándose como nunca antes en la historia de la humanidad. Los Tratados de Libre Comercio estaban por incubarse. Y en el toreo, José Antonio Morante de la Puebla se hacía novillero (¡lo que es hoy este torero!).