El nivel de los toreros anunciados estuvo -salvo casos puntuales- por encima de la condición ofrecida por el ganado. De menos a más: Emilio Barrantes, falto de rodaje pero con proyección, puso firmeza cuando debió para remontarse; Duffau, conocedor de la técnica. Diego Silveti, dinástico, dejó la impronta de un torero variado y artista en “mexicano”.
Juan Bautista, a punto de reventar en calidad de no acoplarse tardíamente a su oponente segundo. Alfonso de Lima, actuación entregada y valiente sin material para lucimiento. Resultó conmocionado. Juan Carlos Cubas, poderoso, artista y valiente. La segunda oreja fue por su arrimón aún cuando la espada cayó abajo. Sale al alza en su cotización y fue herido.
El Fandi, gran director de lidia, entregado e inexplicablemente incordiado por reventadores en Sol, no tuvo material y puso la carne en el asador. Fue herido. Sebastián Castella, desdibujado, sin el nivel acostumbrado en años anteriores en Acho, se dejó ir al 7º. La estocada a su primero valió la oreja.
Enrique Ponce, oreja en cada una de las dos tardes que toreó. Toreo de clase y magisterio. Torero de Lima, no hay duda.
El Juli, confirmó su temporada rotunda y exitosa en Acho. Salió como un novillero a ganarse la plaza y lo consiguió con un toreo variado, de entrega, de encaje, atornillado a la arena construyó una faena de antología a su primero. Le pidieron con total merecimiento dos orejas que el juez no atendió, entregando 1 que el diestro no aceptó. Dio dos clamorosas vueltas al ruedo.
Faenas de oreja:
Silveti (simbólica) en la novillada 7 N. Cubas 2, el 14N; Ponce, 1 el 28N y 1 el 5D; Castella 1 el 5D; El Juli 1 el 5D.
Faena de dos orejas:
Cayetano al 6º 21N
