Por Pedro Abad-Schuster
La 4ª novillada de la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, domingo 5 de septiembre 2010, está en link: http://www.youtube.com/watch?v=VJIqbvexi2Y&feature=channel
El artículo del prestigioso Francisco Baruqui de El Informador, a continuación. El cartel tenía tirón por dos nombres que se habían distinguido, Juan Camilo Alzate, de Colombia, y Gerardo Adame de Aguascalientes, añadiendo la presentación de un bisnieto de Rodolfo Gaona y nieto de Lorenzo Garza, movía, que sí, el interés, lo que derivó en una mejor entrada y buen ánimo en los tendidos. Reses de Celia Barbabosa, -- a excepción del que abrió plaza --, acusando crianza que romana tenían, como paupérrimas cabezas, ya que los pitones cabalgaban en las quijadas de la miseria.
Astados, pues, faltos de lámina y, por ende, de trapío mismo que en términos generales conformaron un encierro toreable en mansurrón, que acudían a los engaños dúctiles y dejándose meter mano, matizando sus lidias por cuanto a nobleza, clase, claridad y son, como algunos más acusando la sosa bobaliconería.
Al que abrió función se le devolvió por su palpable invalidez, por lo que de Lorenzo Garza Gaona vale el empeño y la voluntad como el medido valor por su sobrado movimiento de pies, y resultándole muy difícil relajarse, capoteando en verónicas, gaoneras y faroles invertidos rematando con revolera, para con la muleta emplearse en trasteos deslavazados, faltos de estructura, con el objetivo único de dar pases y más pases, escuchando algunas palmas aisladas como rechiflas más repetidas. Falló con la espada toda vez que se sale de la suerte desde que se perfila, lo que por norma y consecuencia origina estocadas defectuosas, caídas y desviadas que en los tres que mató, le valieron pitos. ¿Lo más torero…? El nombre y sus apellidos, ahí sí que ni qué…
Después de una lucida presentación, el chamaco colombiano Juan Camilo Alzate, hacía atractivo por verle en su repetición pero…Pero, el hombre propone; Dios dispone, llega el toro y… Y lo descompone. En su primero se fue a recibir al barbaboseño a porta gayola. Salió con enjundia y patas, y al no marcarle la salida, se llevó al torero por delante con un golpazo en el pecho y haciendo a por él, rematándolo en la arena. En brazos de las asistencias entró en la enfermería para ya no salir, quedando la tarde en un mano a mano y…
Y, lo mejor, que hayan repetido muy merecidamente al aguascalentense Gerardo Adame, quien enfrentando a tres de los bureles, permitió matizar su proyección con bovinos de distintos juegos que fueron desde el dechado de fijeza, nobleza y gran son que fue su primero, pasando por el regatero, aunque toreable quinto con el que no se acopló, llegando a un sexto con el que tuvo momentos lucidos pero sin redondear. Empero…Empero, triunfador indiscutible con un novillo de orejas, que al final cortó, tras de lucir su toreo de capa en verónicas con armonía, plasticidad y ritmo que se le corearon fuerte, para con la zarga cuajar una faena de regusto, llegándole al aficionado, en la que Gerardo se sintió mucho gustándose y proyectándolo. Bien planteó su labor estructurándola, bien planificada y desarrollándola en series de ayudados con la diestra, lado por el que fincó su obra, ya que por el izquierdo no logró acomodarse, haciendo gala de sitio, de sereno valor, girando apenas reponiendo lo mínimo y bajando la mano de la flámula, sacándola por debajo de la pala del pitón… ¡Qué bien torea, que sí..! Clavando los riñones en la cadera se relajó hilvanando las series templadas, mandonas y rematadas con justeza para irse tras del acero, sepultándolo en lo alto y ganándose los dos trofeos. Para algunos, uno solo hubiese sido suficiente y justo, pero se trata de un novel con grandes condiciones al que hay que repetir de nuevo el domingo venidero, que no hay que olvidar que sólo toreando se va adquiriendo el rodaje que derive en cuajar. Con los otros dos, Adame se dio a intenciones valederas, pero a escasos logros cuando las lidias que ofrecieron fueron de poder, ya que cortaban el viaje y hubo enganchones y trompicones de más, con algunos desarmes de por medio. Breve aunque no lucido con los estoques, fue retirado entre el batir de palmas del cónclave que, lo aseguró, estará esperando su más que merecido retorno.
Por cierto, y escribiendo de que la tarde estuvo accidentada, luego del percance de Alzate, habiéndose abierto el portón de toriles para la salida del quinto, apareció en el centro del ruedo un sujeto perteneciente a la libatoria secta de los “Adoradores de Baco”, increpando al palco de la autoridad no sé qué cosas, cuando como flecha, con rectitud pasmosa, se fue el astado al mono, propinándole una cornada tan seca como limpia, no se veía derrame sanguíneo aunque parece que le atravesó una pierna… Fuente: El Informador – Francisco Baruqui.