En el año de la aprobación por parte del Parlamento catalán de la prohibición de las corridas de toros, el torero catalán Serafín Marín, realizó su mejor faena e indultó un toro de Jandilla. El torero no solo abrió la puerta grande de la Monumental, si no que los aficionados le llevaron a hombros por las calles de Barcelona hasta el hotel en Diagonal Mar, recorriendo más de 3 quilómetros.