Por Laura Ruiz desde España
Abrió plaza José María Arenas con un noble novillo de Valdefresno. Arenas hizo una faena valiente y con temple, en la que destacaron algunos pases con la derecha. Al entrar a matar pinchó en cuatro ocasiones resultando silenciada su labor.
El tercero de la tarde fue un toro que se prestó poco para el lucimiento del novillero, a pesar de lo cual Arenas lo intentó y estuvo decoroso. Pinchó en dos ocasiones y obtuvo silencio.
Diego Silveti: Su primer novillo no fue fácil. El mexicano lo lanceó bien, rematando con una buena media. En la muleta el novillo fue incierto, pero Silveti se mostró firme y le dispensó derechazos, enganchando siempre al novillo delante y logrando así ganarle la intención al animal. Por naturales el novillo no fue igual. Mató de estocada desprendida y necesito de seis descabellos, por lo que obtuvo silencio.
El cuarto fue un novillo descarado de pitones que resultó noble. Silveti lo cuajó muy bien con la muleta, destacando varias tandas de derechazos despaciosos y con empaque. Por naturales toreó, el mexicano, con mucho temple. Finalizó por alto, con estatuarios muy ceñidos en los que los pitones de novillo rozaron la taleguilla de Silveti, logrando con ello que el público se entregara. Mató estocada en buen sitio y le otorgaron las dos orejas.
Ficha del festejo. Ampuero (Cantabria), miércoles 8 de septiembre. Novillos de Valdefresno, muy bien presentados y de juego desigual. Destacaron 1º y 4º. Un tercio de plaza. Diego Silveti: silencio y dos orejas; José María Arenas: silencio y silencio.
