El video de la corrida está en el link: http://www.plus.es/videos/Toros/Oreja-Ferrera-Pinar-buen-encierro-Fuente-Ymbro/20100709pluutmtor_1/Ves/
Pamplona, viernes 9 de julio de 2010. Lleno. 6 toros de Fuente Ymbro de don Ricardo Gallardo, muy bien presentados, con movilidad y casta, mansos en varas pero embestidores al final, salvo el 1ro complicado y el 2do inválido. Antonio Ferrera: silencio, oreja. Oliva Soto: silencio, silencio. Rubén Pinar: silencio, oreja.
Antonio Ferrera con el 4to de la tarde, un torazo castaño –como los dos últimos- de 675 kilos –el más grande de los reseñados- , delantero de cornamenta, embistió a la muleta con alegría para venirse un poco abajo mediado el trasteo y recuperarse en el tramo final. Ferrera con la muleta no anduvo tan bien colocado como en su 1ro, que era más complicado de lidiar que éste. Eso sí, supo darle distancia en los comienzos, lo supo llevar y tirar de él en redondo en los intermedios, y se creció –como el bicho- en los finales, cuando acortó algo las distancias y lo toreó más en redondo y con mayor temple, especialmente en una interesante serie a izquierdas y en una casi postrera con la diestra. Una estocada entera, desprendida un par de dedos y un descabello sobre tablas, le darían ese primer trofeo de la feria del toro.
Oliva Soto con el 5to del festejo, con 630 kilos a los lomos, delantero de defensas, manso en varas pero embistiendo alegre al engaño, quizá sin mucho recorrido, pero mostrando casta no exenta de cierta brusquedad. Un toro interesante que necesitaba mucho oficio y mayor firmeza. A Oliva, con muchas ganas, le evidenciaron esas carencias, y quizá optó por acelerarse en vez de reposar y ser él mismo, el torero de clase que lleva dentro. Eso, lo demostró en una preciosa verónica rodilla en tierra, de saludo, y en algún muletazo suelto, pero en general le costó acoplarse al toro y a su embestida, someterlo más a su dominio, alargarle un mucho más los remates de los lances y decidirse por bajar la mano mucho más. Un pinchazo hondo, saliéndose un poco de la suerte, y cuatro descabellos lo derribarían en tierra.
Pinar pudo haber cortado un apéndice en el 3ro. de no haber fallado a espadas. Un toro de 610 kilos, delantero, y aunque manso en varas, noble y embestidor en la franela. Se lo sacó al tercio el albacetense, y algo fuera siempre y a veces despegado en demasía, fue ligándole serie tras serie, sin apreturas ni toreo en redondo, más que por un toque al final del muletazo. Recursos e inteligencia no le faltan, desde luego, pero hay que pedirle más, porque puede. Dejó la mejor tanda casi al final, con la derecha –después de un único intento al natural- cuando se decidió, por fin, a metérselo mucho más y ligar más en redondo. Cuatro pinchazos y una casi entera, desprendida y tendida. Con el 6to que cerró plaza, con 590 kilos, armas ligeramente tocadas, manso en el primer tercio, pero con su casta y embistiendo al final. El toro iba y venía, con alegría cierta y condición. Pinar volvería a las andadas de su primero visto el buen resultado, aunque ahora dejándole más la muleta en la cara, ligando aun mejor y templando. Pero, de nuevo, sin terminar de colocarse ni pasárselo por la faja. Acabó con lances de cara a la galería más festiva, antes de dejar una estocada entera, caída y perpendicular. (Fuente: cope).
Fotos: http://www.mundotoro.com/auxiliar/galerias2010/Pamplona090710/fs_aux.html
Pamplona, viernes 9 de julio de 2010. Lleno. 6 toros de Fuente Ymbro de don Ricardo Gallardo, muy bien presentados, con movilidad y casta, mansos en varas pero embestidores al final, salvo el 1ro complicado y el 2do inválido. Antonio Ferrera: silencio, oreja. Oliva Soto: silencio, silencio. Rubén Pinar: silencio, oreja.
Antonio Ferrera con el 4to de la tarde, un torazo castaño –como los dos últimos- de 675 kilos –el más grande de los reseñados- , delantero de cornamenta, embistió a la muleta con alegría para venirse un poco abajo mediado el trasteo y recuperarse en el tramo final. Ferrera con la muleta no anduvo tan bien colocado como en su 1ro, que era más complicado de lidiar que éste. Eso sí, supo darle distancia en los comienzos, lo supo llevar y tirar de él en redondo en los intermedios, y se creció –como el bicho- en los finales, cuando acortó algo las distancias y lo toreó más en redondo y con mayor temple, especialmente en una interesante serie a izquierdas y en una casi postrera con la diestra. Una estocada entera, desprendida un par de dedos y un descabello sobre tablas, le darían ese primer trofeo de la feria del toro.
Oliva Soto con el 5to del festejo, con 630 kilos a los lomos, delantero de defensas, manso en varas pero embistiendo alegre al engaño, quizá sin mucho recorrido, pero mostrando casta no exenta de cierta brusquedad. Un toro interesante que necesitaba mucho oficio y mayor firmeza. A Oliva, con muchas ganas, le evidenciaron esas carencias, y quizá optó por acelerarse en vez de reposar y ser él mismo, el torero de clase que lleva dentro. Eso, lo demostró en una preciosa verónica rodilla en tierra, de saludo, y en algún muletazo suelto, pero en general le costó acoplarse al toro y a su embestida, someterlo más a su dominio, alargarle un mucho más los remates de los lances y decidirse por bajar la mano mucho más. Un pinchazo hondo, saliéndose un poco de la suerte, y cuatro descabellos lo derribarían en tierra.
Pinar pudo haber cortado un apéndice en el 3ro. de no haber fallado a espadas. Un toro de 610 kilos, delantero, y aunque manso en varas, noble y embestidor en la franela. Se lo sacó al tercio el albacetense, y algo fuera siempre y a veces despegado en demasía, fue ligándole serie tras serie, sin apreturas ni toreo en redondo, más que por un toque al final del muletazo. Recursos e inteligencia no le faltan, desde luego, pero hay que pedirle más, porque puede. Dejó la mejor tanda casi al final, con la derecha –después de un único intento al natural- cuando se decidió, por fin, a metérselo mucho más y ligar más en redondo. Cuatro pinchazos y una casi entera, desprendida y tendida. Con el 6to que cerró plaza, con 590 kilos, armas ligeramente tocadas, manso en el primer tercio, pero con su casta y embistiendo al final. El toro iba y venía, con alegría cierta y condición. Pinar volvería a las andadas de su primero visto el buen resultado, aunque ahora dejándole más la muleta en la cara, ligando aun mejor y templando. Pero, de nuevo, sin terminar de colocarse ni pasárselo por la faja. Acabó con lances de cara a la galería más festiva, antes de dejar una estocada entera, caída y perpendicular. (Fuente: cope).
Fotos: http://www.mundotoro.com/auxiliar/galerias2010/Pamplona090710/fs_aux.html