VICTOR ZAR G.
En 1858, en Sevilla, Antonio Carmona “El Gordito” practicó por vez primera la suerte, por él inventada, de banderillear al quiebro, que sorprendió y entusiasmó a los espectadores”. Otro dato del Diccionario ilustrado de Rarezas, Inverosimilitudes y Curiosidades” (3ra. Edición, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1965.
Antonio Carmona Luque (Gordito), matador de toros sevillano (1838-1920) que en sus años diez años de banderillero (1853-1863) le gustaba poner banderillas sentado en una silla. Sin embargo, otros diestros se le anticiparon en siglos, especialmente los navarros, ya que a los toros de casta navarra, prontos y rápidos, eran muy apropiados para los más diversos juegos en las plazas. Pero Gordito colocó la tarde del 18 de setiembre en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, y “por primera vez aparece esta manera en el toreo” –dicen algunos tratadistas, lo cual no es cierto-, un par de banderillas en silla. Sin embargo, el sevillano no lograba realizar su especialidad ante toros de otras castas, como la castellana, de siempre más inciertos en sus acometidas.