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martes, 7 de diciembre de 2010

¿Cómo vio el periodismo colombiano el cierre de Acho?

Por Pedro Abad-Schuster

Diferentes enfoques críticos se han publicado en la prensa peruana y española sobre la última de Acho 2010. Guillermo Rodriguez de Colombia, presente en la plaza, opina a continuación:

Lecciones de tres maestros: Ponce, Juli (faena del Escapulario) y Castella, y el niño desaplicado (Cayetano), con toros de Roberto Puga (dos de nota sobresaliente). Se cerró la temporada en Acho, plaza construida antes de la revolución francesa de 1789 pero con un comportamiento del palco que estuvo a punto de echar a perder las lecciones de tres maestros y la presencia de un alumno desaplicado que tiene todos los títulos nobiliarios taurinos pero carece de los minimos exigidos para acreditar que viste el traje de luces que una vez se enfundaron con gloria su padre, el abuelo y el bisabuelo. Los tios y los primos.....Tarde de 8 toros ( sobraba Cayetano Rivera que vino a sustituir sin concierto a Josè María Manzanares ) con Ponce, Juli y Castela que exhibieron sus torerias, sus historias, sus tecnicas, su arte, su dominio de las suertes, cada uno desde su personal concepciòn y estèticas. El presidente cambiò al segundo toro de Ponce que hizo cuarto en el festejo, de manera incomprensible, y saliò uno de La Ahumada , sin trapio , donde Ponce estuvo brillante en ese ejercicio de " enseñar " a embestir. El mismo palco de marras le negó la segunda oreja a El Juli en su primero que el madrileño no recogió de manos del alguacilillo y fue obligado a dar dos vueltas al ruedo y una sonora pitada al susodicho y malqueriente palco a partir de ahí. La faena del Juli, sin duda, es del trazo para optar al trofeo oficial pero no lo vio asì el palco y ninguneo por ignorancia lo que habìa hecho en el ruedo el toro de Madrid.

La corrida de Don Roberto Puga dignamente presentada con dos toros excepcionales, el segundo con un punto de transmisiòn importante y el octavo ( toro bien armado, reunido, con trapio, se fue inédito porque el alumno desaplicado no rindiò el examen ). Los toros no voltearon la cara en el caballo. Los astados exhibieron nobleza. Ninguno se rajó. Al segundo de Julián López y al segundo de Castella les faltò temperamento y raza para transmitir más siendo obedientes.Se pinchó en demasìa, se erró en la decisiòn del palco y al final El Juli saliò de la plaza con una oreja, Ponce, otra y Castella la tercera del festejo.El elegante Cayetano, muchachón caballeroso y gentil pero sin malicia para estos menesteres taurinos deja mal sabor en esta Feria. Casi lleno ( algunos claros, es verdad ) para un festejo que pretendìa muchos pergaminos y nos dejò insatisfacciones pero , otra verdad, mucha toreria de Ponce, Juli y Castella.

Por ejemplo, esa faena de Ponce al primero de su lote, con un toro que al principio por ambos pitones se colaba y con base en su ya clàsica paciencia , lo mimò ,lo llevò y lo metiò en la muleta construyendo una faena poncista de esas de belleza en las formas.
Como le cambiaron al buen segundo, y saliò un toro que pasta en tierras de nuestro paìs ( Colombia ), el toro menos rematado,el de Chiva comenzò con doblones, se hizo a él y volviò a desarrollar esa peculiar tauromaquia que invita al gozo.

El Juli estuvo superior. Con una solvencia, con esos terrneos y distancias escogidos como quien escoge una joya, con detenimiento y sabidurìa para esquivar la morralla . Sembrado, de mano baja, mandando en el toro y logrando esa firmeza que ha sido su tónica a lo largo de la campaña española. El presidente solo le concediò un apéndice pero cuando escribo esta nota todo indica que se llevará el escpullario del señor de los milagros.

Castella no solo sabe torear sino que imprime una concepciòn de clasicismo , llevando largo a los toros ( hay quienes con razòn le achacan que es encimista ) pero en las dos faenas ( en la primera se llevò la oreja) luciò repertorio, marcò diferencias pero no acertó en su segundo con el acero y todo se esfumò.

Comenzamos en la tarde y terminamos de noche acompañados por las luminarias de Acho y como eje tutelar el cerro San Cristòbal. Venir a esta ciudad que tiene una de las gastronomias mas exquisitas y variadas, poder admirar su solera en el comportamiento de los aficionados ( no todos, claro ) , asistir a una corrida en la plaza màs antigua de la Amèrica India y constatar que El Juli nos llegará muy sazonado a Cali y Bogotá con un Castella en vena y admirar esa tauromaquia de suaves tonos e inteligencia superior de Ponce, es todo un deleite.El niño despalicado tiene que enmendar la plana. Le esperamos con respeto en Bogotà y ojala el reprobado limeño le sirva para rayar a gran altura en Cali donde debutará y en La Santamarìa que recuerda con cariño a sus ancestros y que él sabe debe honrarlos en el ruedo.
Fuente: http://www.caracol.com.co/tendido7/nota.asp?id=1394727