Sevilla, miércoles 14 de abril de 2010. Media plaza. Tarde fría y lluviosa. (Video de la corrida en link siguiente - copiar y pegar): http://www.plus.es/feriastaurinas/player_video.html?xref=20100414pluutmtor_1.Ves
5 toros de El Torreón (del maestro César Rincón), muy bien presentados, bajos de casta, mansos, flojos, con complicaciones. 2do y 3ro: con juego, 5to: peligroso, 1ro: incierto, 6to: inválido. Y el 4to: un sobrero del Conde de la Maza, bien presentado, manso, peligroso.
Antonio Barrera (de Sevilla): ovación y silencio. Luís Bolívar (de Cali, Colombia): ovación y silencio. Salvador Cortés (de Sevilla):, ovación y silencio.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Luis Barrera. Gesto de torero de Antonio Barrera, gesto de hombre que sufre calladamente, éste de superponerse a la partida de su padre a los cielos para cumplir con el sagrado deber. La plaza agradecida le tributó una muy cariñosa ovación al sevillano. La tarde se cubría con manto gris antes de comenzar el rito y se cubriría después en lo climatológico.
La presencia impecable de los del Torreón, se diluyó entre mansedumbres, flojedades, incertidumbres o peligros. Dos de ellos (4to para Barrera y 5to para Luis Bolívar), se mostraron con desagradable agresividad y peligro franco, ávidos por catar el cuerpo del espada, de innoble y descastada condición. Hoy han abundado esas embestidas sin sal, a veces inciertas, poco francas otras, aborregada alguna, salvándose la codicia mostrada a rachas –como la lluvia vespertina- del 3ro, o la posible del 6to, entre derrumbes constantes.
Luís Bolívar tuvo mejor materia prima en el segundo de la tarde de 568 kilos, colorado ojo de perdiz, tocado, manso, flojo, embestía tomando los engaños hasta el final aunque con muy poca casta. Lo recibió Bolívar con verónicas, alguna de nota, y lo llevó en los inicios del muleteo, algo despegado, pero con mando. El toro pedía el tercio, y no los medios sin que el animal se le arrancara. Siguió tirando de él en series cortas por el pitón derecho –tres y el de pecho- ligando por momentos pero sin conectar con el público. Las pocas energías vitales y la escasa casta mostradas hicieron que se viniera a menos tras la cuarta tanda, sobre todo cuando se sacó al toro a los medios con la zurda. Topón y a la defensiva, ensució el trasteo y hubo de cerrarlo de nuevo para coger la espada. Dejó una muy buena estocada en lo alto. Ovación.
El quinto de la tarde para el torero “Orgullo de América”, un auténtico barrabás con 551 kilos, capa negra listón, tocado de puntas y con abundante madera, pero manso y complicado, venciéndose y recortando. El toro salió con pies, codicioso, pero en la muleta iba casi al bulto, colándose por ambos pitones. El torero colombiano se dobló y lo mató de media baja, justo cuando empezó a llover en Sevilla. Antaño había diestros poderosos que con estos toros se imponían a las adversidades, se doblaban en forma, los sometían, y aunque no les sacaran dos tandas de derechazos o naturales, quedaban siempre victoriosos en la lid.
Salvador Cortés, con el tercero de la tarde de 522 kilos, colorado ojo de perdiz, con abundante sombrero, y aunque manso y flojo, codicioso en algún instante y embestidor, con fondo de bravura, sin llegar a romper adelante. Alguna buena verónica le veríamos tras recibirlo a porta gayola, pero no terminó de cogerle el aire en la muleta. El toro reponía incómodo, necesitaba de mayor mando y sometimiento por bajo, Cortés anduvo voluntarioso y con suavidad, pero acompañó más que parar y mandar las arrancadas, y así respondieron los tendidos entre silencios. Hubo toreo en redondo, a veces le faltó limpieza, e incluso el toro se vino algo arriba al finalizar el trasteo, mostrando quién había destacado en la pelea. Una estocada entera, desprendida, casi arriba lo dejó para el arrastre. Ovación.
El sexto que cerró el festejo, lo brindó Cortés a Antonio Barrera. Hubo muy poca opción; fue un colorado ojo de perdiz de 595 kilos, manso e inválido, que entraba cabeceante y rebrincado, no era capaz ni de rematar las suertes ante la falta de energía vital. No regaló embestida alguna. Casi entera atravesada luego de pinchazo sin fe.
Antonio Barrera de Sevilla, en el que abrió plaza de 550 kilos, negro y ligeramente levantado de pitones, alto de agujas, manso y sin clase. Se le coló dos veces de entrada, que embestía a oleadas, pero sin una definitiva claridad, mirón. Aseado el sevillano, sacó los muletazos uno a uno e incluso hubo algunos estimables por el pitón izquierdo, pero no pasó de acompañarle las más veces, con la muleta por detrás, y cuando se decidió, por fin, a tirar más de él, éste se vino a menos en la cuarta tanda y se rajó en la siguiente. Una muy buena estocada, tirándose de veras, y cobrada contraria fue suficiente. Ovación.
El cuarto de la tarde para Antonio Barrera, un tío de 575 kilos, un potencial homicida del Conde de la Maza (porque el titular se partió un cuerno por la cepa), capa tostada y chorreada, delantero de pitones, con cuajo y más cuajo de carácter. Manso, flojo, incierto y complicado, empezó tirándole algún gañafón de entrada, casi a la cara, en la primera tanda iniciada con un cambiado por la espalda; y continuó incierto, peligroso, yéndose al cuerpo del matador, que se colocó en todo momento y lo intentó, pero sin doblarse con él, pasando verdaderos apuros por momentos. Dejó un pinchazo hondo arriba –el toro con la cara por las nubes- y acertó al segundo.
Mañana regresan los Victorinos a Sevilla, para Ferrera, El Cid y Jiménez. Desde las 11.30 am – hora de Lima - la Radio en Internet transmite en vivo estos festejos desde Sevilla en el link: http://www.cadenaser.com/player_radio.html (hacer click en “emisoras de Andalucía” para sintonizar Radio Sevilla SER).
Fuente: cope.
5 toros de El Torreón (del maestro César Rincón), muy bien presentados, bajos de casta, mansos, flojos, con complicaciones. 2do y 3ro: con juego, 5to: peligroso, 1ro: incierto, 6to: inválido. Y el 4to: un sobrero del Conde de la Maza, bien presentado, manso, peligroso.
Antonio Barrera (de Sevilla): ovación y silencio. Luís Bolívar (de Cali, Colombia): ovación y silencio. Salvador Cortés (de Sevilla):, ovación y silencio.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Luis Barrera. Gesto de torero de Antonio Barrera, gesto de hombre que sufre calladamente, éste de superponerse a la partida de su padre a los cielos para cumplir con el sagrado deber. La plaza agradecida le tributó una muy cariñosa ovación al sevillano. La tarde se cubría con manto gris antes de comenzar el rito y se cubriría después en lo climatológico.
La presencia impecable de los del Torreón, se diluyó entre mansedumbres, flojedades, incertidumbres o peligros. Dos de ellos (4to para Barrera y 5to para Luis Bolívar), se mostraron con desagradable agresividad y peligro franco, ávidos por catar el cuerpo del espada, de innoble y descastada condición. Hoy han abundado esas embestidas sin sal, a veces inciertas, poco francas otras, aborregada alguna, salvándose la codicia mostrada a rachas –como la lluvia vespertina- del 3ro, o la posible del 6to, entre derrumbes constantes.
Luís Bolívar tuvo mejor materia prima en el segundo de la tarde de 568 kilos, colorado ojo de perdiz, tocado, manso, flojo, embestía tomando los engaños hasta el final aunque con muy poca casta. Lo recibió Bolívar con verónicas, alguna de nota, y lo llevó en los inicios del muleteo, algo despegado, pero con mando. El toro pedía el tercio, y no los medios sin que el animal se le arrancara. Siguió tirando de él en series cortas por el pitón derecho –tres y el de pecho- ligando por momentos pero sin conectar con el público. Las pocas energías vitales y la escasa casta mostradas hicieron que se viniera a menos tras la cuarta tanda, sobre todo cuando se sacó al toro a los medios con la zurda. Topón y a la defensiva, ensució el trasteo y hubo de cerrarlo de nuevo para coger la espada. Dejó una muy buena estocada en lo alto. Ovación.
El quinto de la tarde para el torero “Orgullo de América”, un auténtico barrabás con 551 kilos, capa negra listón, tocado de puntas y con abundante madera, pero manso y complicado, venciéndose y recortando. El toro salió con pies, codicioso, pero en la muleta iba casi al bulto, colándose por ambos pitones. El torero colombiano se dobló y lo mató de media baja, justo cuando empezó a llover en Sevilla. Antaño había diestros poderosos que con estos toros se imponían a las adversidades, se doblaban en forma, los sometían, y aunque no les sacaran dos tandas de derechazos o naturales, quedaban siempre victoriosos en la lid.
Salvador Cortés, con el tercero de la tarde de 522 kilos, colorado ojo de perdiz, con abundante sombrero, y aunque manso y flojo, codicioso en algún instante y embestidor, con fondo de bravura, sin llegar a romper adelante. Alguna buena verónica le veríamos tras recibirlo a porta gayola, pero no terminó de cogerle el aire en la muleta. El toro reponía incómodo, necesitaba de mayor mando y sometimiento por bajo, Cortés anduvo voluntarioso y con suavidad, pero acompañó más que parar y mandar las arrancadas, y así respondieron los tendidos entre silencios. Hubo toreo en redondo, a veces le faltó limpieza, e incluso el toro se vino algo arriba al finalizar el trasteo, mostrando quién había destacado en la pelea. Una estocada entera, desprendida, casi arriba lo dejó para el arrastre. Ovación.
El sexto que cerró el festejo, lo brindó Cortés a Antonio Barrera. Hubo muy poca opción; fue un colorado ojo de perdiz de 595 kilos, manso e inválido, que entraba cabeceante y rebrincado, no era capaz ni de rematar las suertes ante la falta de energía vital. No regaló embestida alguna. Casi entera atravesada luego de pinchazo sin fe.
Antonio Barrera de Sevilla, en el que abrió plaza de 550 kilos, negro y ligeramente levantado de pitones, alto de agujas, manso y sin clase. Se le coló dos veces de entrada, que embestía a oleadas, pero sin una definitiva claridad, mirón. Aseado el sevillano, sacó los muletazos uno a uno e incluso hubo algunos estimables por el pitón izquierdo, pero no pasó de acompañarle las más veces, con la muleta por detrás, y cuando se decidió, por fin, a tirar más de él, éste se vino a menos en la cuarta tanda y se rajó en la siguiente. Una muy buena estocada, tirándose de veras, y cobrada contraria fue suficiente. Ovación.
El cuarto de la tarde para Antonio Barrera, un tío de 575 kilos, un potencial homicida del Conde de la Maza (porque el titular se partió un cuerno por la cepa), capa tostada y chorreada, delantero de pitones, con cuajo y más cuajo de carácter. Manso, flojo, incierto y complicado, empezó tirándole algún gañafón de entrada, casi a la cara, en la primera tanda iniciada con un cambiado por la espalda; y continuó incierto, peligroso, yéndose al cuerpo del matador, que se colocó en todo momento y lo intentó, pero sin doblarse con él, pasando verdaderos apuros por momentos. Dejó un pinchazo hondo arriba –el toro con la cara por las nubes- y acertó al segundo.
Mañana regresan los Victorinos a Sevilla, para Ferrera, El Cid y Jiménez. Desde las 11.30 am – hora de Lima - la Radio en Internet transmite en vivo estos festejos desde Sevilla en el link: http://www.cadenaser.com/player_radio.html (hacer click en “emisoras de Andalucía” para sintonizar Radio Sevilla SER).
Fuente: cope.