siguenos en facebook sígueme en Instagram siguenos en Twitter

miércoles, 21 de abril de 2010

Video: 13va de Sevilla. Sobresalió el 5to, vuelta de El Cid.

Por Pedro Abad-Schuster

Sevilla, miércoles 21 de abril de 2010. Lleno, con lluvia. El video en link: http://feriastaurinas.plus.es/player_video.html?xref=20100421pluutmtor_1.Ves

4 toros de El Puerto de San Lorenzo: desigual, manso, inválido y complicado el 1ro; luego 2do y 3ro con tres o cuatro tandas antes de rajarse, pero tandas importantes que no fueron suficientemente aprovechadas; el cuarto, un sobrero de Toros de la Plata impresentable, feo y mular; pero salió el 5to para El Cid, bravo en varas, encastado, noble con emoción y clase en sus embestidas, de la Ventana del Puerto; para finalizar la corrida –que no la fiesta- con un sexto rajado y sin clase.

Enrique Ponce: silencio y silencio (aviso). Manuel Jesús El Cid: silencio y vuelta. Alejandro Talavante: ovación y silencio.

En las malas tardes, a veces se sucumbe a los temores o a las dificultades de la circunstancia. Los toros malos, el clima incómodo, la lluvia, el aire, el público, la presidencia, todo puede ponerse en contra del diestro de luces, pero he ahí la grandeza del arte, la que te obliga a la constante superación de obstáculos.

El torero de Salteras El Cid da la única vuelta al ruedo de la tarde con el mejor toro de La Ventana del Puerto, en faena de mucha decisión. El maestro Enrique Ponce y Alejandro Talavante, sin suerte con sus lotes.

Enrique Ponce con el 1ro de la tarde, un sobrero de 597 kilos, sin nada dentro, muy agarrado al piso y sin entrega. Porfió con él. Un toro con embestidas poco claras que Ponce no quiso corregir. Tampoco tuvo suerte con el 4to, devuelto también por falta de fuerza. El sobrero fue un astado de Toros de la Plata, de 555 kilos, ofensivo, alto, manso, corraleado y con peligro. Una prenda. Pero Ponce, firme, le aplicó buena dosis de técnica y sacó mucho más de lo que merecía el toro. Pasó un trago a la hora de matarlo porque el toro se puso imposible. El de Chiva sigue sin tener suerte con el ganado en estas primeras ferias de la temporada.

El Cid, con el 2do de la tarde de 550 kilos, un toro que aunque tomó los engaños con acometividad, se rajó pronto cuando el de Salteras le pudo. El Cid se ajustó muy bien en las tandas por la derecha y cuando todo parecía que iba a romper con la izquierda, tras una tanda de naturales de mano baja, el toro se vino abajo. No abrochó bien la faena con la espada.

El quinto fue el toro de la tarde, de 579 kilos, que llegó a tomar una gran vara y otra más ligerita, siendo muy bien picado por Bernal. Negro, codicioso, bravo en varas, incómodo a veces. El toro metía la cabeza en los engaños, iba con pujanza y riñones y repetía en las suertes. Era toro para cogerlo por delante y mandado llevarlo muy atrás para que no se quedase debajo. Ahí anduvo el fallo de Manuel, lo cogía casi siempre sobre la pierna retrasada y lo llevaba en pases cortos, teniendo que acelerarse para no verse desbordado. Estuvo aseado, la faena tuvo su emoción, pero buena parte de la responsabilidad era del toro. Al hilo casi siempre, al menos no hubo dudas en esas repetidas arrancadas de la res, e incluso con la izquierda subiría algo el tono del trasteo. Pero era toro de triunfo y el Cid apenas cumplió en una faena que tenía mucho más. Acabó de nuevo algo dubitativo antes de matarlo de una entera caída, de efecto rápido. Hubo petición, sobre todo en sol, pero no la suficiente para que el usía sacase el moquero.

Talavante, con el 3ro del encierro de 540 kilos, un toro más armónico y muy en la línea de la casa, fue lidiado de manera pésima por su subalterno. Talavante se echó la muleta a la izquierda y por allí el toro viajó largo y con transmisión. Ligó naturales de mano baja que tuvieron recorrido, ligados con buenos de pecho. El toro se rajó pronto y se fue a tablas, para plantarle cara con valor y decisión buscando las querencias del animal. La espada volvió a ser su cruz. El 6to de 532 kilos fue un toro manso sin clase y parado en breve. Con la muleta anduvo el pacense descentrado, bastante sucio y con el toro cada vez más corto hasta pararse. De nuevo era un toro que necesitaba que se cruzara para sacarle partido y de aquello no hubo nada. El bicho era un mulo, hay que poner más de uno mismo. Un pinchazo sin fe, con cuarteo y casi media a la salida, fueron rematadas con tres descabellos. Falto, en definitiva, durante toda la tarde, más fe en uno mismo y en el toreo. Fotos en: http://www.mundotoro.com/auxiliar/galerias2010/sevilla210410/fs_aux.html

Fuente: cope