El torero español Fernando Robleño se alzó como el triunfador de la corrida en honor a Santo Domingo de Guzman en Sicaya cortó tres orejas a su lote, el mejor en condiciones del encierro de El Rosario que estuvo bajo de casta, con algunos rajados que no querían pelea como el 2o y 3o. Los otros nobles se apagaron pronto.
Robleño encontró un noble con poca fuerza al que trasteó con temple y gusto a media altura por ambas manos y recetó un espadazo. Petición y oreja. El cuarto tenía galope y lo sacó por verónicas a los medios. En muleta pasó momento de apuro al verse a merced del toro que lo tiró al suelo con una banderilla. Fue solo susto. En muleta estuvo firme y toreando templado y animándose a bajar la mano pero se le vino a menos. Otro estoconazo y con fuerza el público que llenó más de tres cuartos de aforo pidió con fuerza dos y el juez concedió.
Oliva Soto tuvo un buen quinto al que estructuró importante faena que malogró con la espada y se perdió los trofeos. En su primero, deslucido y rajado que se iba suelto de las suertes no tuvo opciones.
Alfonso de Lima tampoco tuvo opciones con su primero, manso y rajado. Por ahí dejo algunos derechazos cuando el toro quiso tomar la tela por bajo. Con el cierra tarde, señalado en varas como casi todos, acaso se quedó crudo y reponía, se dobló con el pero no consiguieron entenderse. Pinchó y levantó la furia de un sector que protestaba por la corrida.