El novillero Joaquín Caro toreó su primera novillada sin picadores y de luces en España y tocó pelo. Fue en la localidad madrileña Robledo de Chavela.
Cortó una oreja en el segundo de su lote, en el que tuvo petición de dos que el palco desatendió pero lo importante es la impronta de futuro que deja con su esencia y ganas.
Caro en su primero, que no tenía un pase, se quedó quieto a buscarle las vueltas y sufrió un percance, dos volteretas de las que salió golpeado y algo conmocionado y tras despacharlo debió pasar a la enfermería portátil y fue atendido de una lesión en la muñeca izquierda pero quiso volver al ruedo y volvió con un vendaje para triunfar. Entregado y decidido en el saludo capotero, lúcido con las banderillas y resolviendo en muleta.
Joaquín Caro cumplió así el primer paso como profesional del toreo, con carnet de novillero sin picadores y aún perteneciendo a la escuela de tauromaquia de Madrid.