Abrió plaza Hernán Tapia quien acusó su falta de oficio, aunque se mostró siempre voluntarioso. Su primer astado dio síntomas de tener problemas en la vista y apuntó cierta mansedumbre por lo que el novillero solo pudo aprovechar algunas de las embestidas del astado que no dio buen juego.
Con su segundo trató con voluntad de acoplarse, sin mucho éxito, a las embestidas del mejor novillo de la tarde. Logró el ecuatoriano alguna tanda de naturales meritoria, pero no caló su faena en los tendidos.
Diego Silveti recibió bien de capote al novillo de su debut a pesar de que este salió con la cara suelta y mostró desde un principio su condición de manso. Silveti le realizó un quite por saltilleras al astado, quedándose muy quieto, rematado con una revolera, lo que calentó al tendido y lo predispuso para la faena de muleta, que el novillero comenzó por estatuarios, y en la que Silveti demostró su personalidad, valor y temple. El mexicano supo encarrilar la embestida brusca y sin ritmo del novillo mostrándose con oficio y seguridad en el ruedo, dispensándole derechazos en redondo y naturales con temple que ligó dejando siempre la muleta puesta al novillo. Diego Silveti se pasó siempre al burel muy cerca, cerrando con unas ajustadas bernardinas que hicieron exclamar al público. Mató de pinchazo y estocada lo que provocó que su faena quedará en sólo una oreja.
El segundo de Diego Silveti salió de toriles calamocheando y echando las manos por delante pero el novillero lo recibió con una chicuelina, varias verónicas, media y una revolera que lograron atemperar la embestida del astado. Siguió Silveti con un quite por gaoneras en las que se pasó muy cerca al novillo al que llevó muy embebido en los bajos del capote. Ya en la faena de muleta llevó muy sometido al burel, toreando con la mano baja, girando la cintura en un toreo muy vertical. Los naturales fueron largos y profundos, echándole la muleta al hocico al toro y trayéndolo enganchado en los picos de la muleta. El novillo se fue rajando poco a poco por lo que Silveti tuvo que sacarle los pases uno a uno, dándole tiempo al astado. Cerró por estatuarios mirando al tendido en un alarde de valor que provocó el clamor del público, que no dudó en concederle las dos orejas cuando logró matar al novillo de estocada certera.
Andy Cartagena toreó en primer lugar a un novillo rajado al que toreó con mucho acierto, matando de modo certero por lo que obtuvo la oreja.
Su segundo novillo salió rajadito de toriles por lo que el rejoneador se tuvo que emplear a fondo en la lidia a caballo, pero no se amedrentó el caballero intentándolo todo, arriesgando incluso clavando un par a dos manos.
Ficha del festejo
Quito (Ecuador), viernes 3 de diciembre. Novillos de La Trinidad, de encaste Domecq, mansos en líneas generales. El mejor el cuarto. Lleno.
Hernán Tapia: silencio y silencio
Diego Silveti: oreja y dos orejas
Andy Cartagena: oreja y palmas