Con mérito y justicia porque la anterior no se la dio el juez, Emilio Barrantes corto oreja en el ultimo novillo corto y poca fuerza, con muleta retrasada y al pitón contrario pulseo, y consugio faena que tuvo picos en tanto le dejaba la muleta en el morro. Sobrio y sin concesiones salvo un desplante final, pincho y dejo una entera que basto para que la plaza se entregara a ver el triunfo del peruano.