sábado, 8 de mayo de 2010

Video. 3ra de Madrid. Ovacionado Javier Cortés en su confirmación.

Por Pedro Abad-Schuster

El video está en el link: http://www.plus.es/videos/Toros/Toque-atencion-Cortes-tercera-San-Isidro/20100508pluutmtor_1/Ves/

Madrid, sábado, 8 de mayo de 2010. Tres cuartos de plaza. 4 toros de Antonio Bañuelos, desiguales de presencia aunque con leña, descastados. 1ro: Bueno con clase, justo de fuerzas. 2do: de Osborne: Deslucido, noble sin clase. 3ro: Deslucido con genio. 4to: deslucido, manso. 5to: de Osborne: Deslucido y descastado. 6to: Desrazado.

Uceda Leal, ovación y silencio. El Capea, pitos y silencio. Javier Cortés, ovación Y ovación.

La fiesta es uno de los espectáculos más bellos, sinceros, éticos y trascendentes –antropológicamente hablando- que se celebran en el orbe entero. Lo de Bañuelos es ganado de plaza de segunda en la que no se pique, y con cuida-toros empleándose a fondo. La primera feria del mundo, la de la catedral del Toreo, se ha convertido en refugio del cartel tercermundista. La gran perjudicada entonces es la fiesta de los toros. Que en la primera plaza del mundo no podamos contar seis toros bien presentados de una única ganadería ya es un fracaso.

El mejor del encierro fue el primero. Se llamó Burebano, de 595 kilos, un bicho regordío, inválido, manso y soso, de capa negra pero bragado y axiblanco. Cortés no mostró nada con el capote, pero con la muleta anduvo aseado. El animal entraba, cuando no se caía, a arreones, pero sin malicia. Más colocado por la zurda que con la diestra, por donde se lo pasó más cerca, Cortés al menos intentó alargarle algo la embestida, cogiéndolo por delante, pero no siempre metiéndoselo hacia atrás, sino en paralelo. Quizá era difícil de templar, pero el caso es que hubo algún que otro enganchón de la tela. Con la espada dejaría un pinchazo hondo, arriba y un descabello. Ovación en su confirmación de alternativa.

El primero de Uceda, segundo de la tarde, fue un remiendo de Osborne, de nombre Picante, 522 kilos, negro mulato chorreado, de cuartos traseros menos que almendrados, manso y embistiendo pero a menos. El bicho no terminó de meterse en el capote, frenándose y punteando, pero en la muleta tuvo algún juego en la distancia larga. Así lo cogió Uceda, que le prolongó sus embestidas con la zurda, en los medios, en la tanda inicial, y luego en la siguiente, con un buen derechazo. Pero luego optó por acortar terrenos y l bicho comenzó a protestar, a quedarse más corto y a cabecear, pidiendo más aire. Sin terminar nunca de colocarse, acabó soso como el bicho, que al final entraba con la cara a media altura y sin empuje. Con la tizona nos deparó una entera, algo caidita, echándose un poco fuera.

Fuente: COPE