Fue ese un toro flojo que se dañó aún más al sufrir una voltereta. Comenzó el de Béziers la faena de manera muy asentada, en un trasteo de buen nivel por ambos pitones. Mató de una estocada casi entera, y le premiaron con los dos trofeos, el segundo muy protestado. Por ello, el de Béziers decidió no dar ni la vuelta al ruedo y, tras recoger las orejas, se metió en el callejón.
Una más había cortado de su primer Cuvillo, al que lanceó a pies juntos y con el que se mostró muy valiente en el último tercio, buscando el arrimón y aguantando parones. Al sexto lo templó por ambos pitones, se adornó en cercanías y en circulares invertidos antes de pinchar hasta en dos ocasiones.
Por su parte, El Juli realizó al que abrió plaza una faena de menos a más ya que fue a mitad de trasteo cuando, con las zapatillas asentadas en el ruedo, logró tandas excepcionales y llenas de temple por ambos pitones. A pesar de un pinchazo, tumbó a su ejemplar en el segundo encuentro.
A su segundo le faltó gasolina y el de Velilla sólo se pudo justificar. También estuvo al límite de fuerzas el quinto aunque se dejó en la muleta del torero, que volvió a estar muy por encima exprimiendo sus a su ejemplar al máximo. BURLADERO.