domingo, 7 de marzo de 2010

Video Matinal Olivenza. En la tarde, oreja a la inteligencia del Juli

Por Pedro Abad-Schuster

El cierre de Olivenza fue un fiasco ganadero, los toros que no se dejaron ni siquiera un poquito. El Juli fue el único que obtuvo trofeo, con el que abría plaza, un toro de Daniel Ruiz al que el de Velilla tapó sus defectos y realizó una faena muy inteligente. Le dio el tiempo necesario en los compases iniciales hasta que consiguió embaucarlo en la muleta, siempre cuidándolo mucho. Con un final metido entre pitones de mucho poderío, obtuvo una oreja, la única que se cortó en la última corrida de la Feria. Con el cuarto fue imposible. De Miguel Angel Perera se esperaba con expectación que lidiara, por primera vez en su carrera, un toro de Victorino Martín. El extremeño mostró su disposición desde el principio. El toro, noble, no llegó a entregarse del todo y a Perera le costó coger el sitio. Lo intentó por todos los medios y la gente disfrutó con algunos muletazos sueltos que dejó, pero pinchó en dos ocasiones y se esfumó cualquier posibilidad de trofeo. Con el primero de su lote, nada pudo hacer. Manzanares tampoco tuvo suerte con su lote. Lidió al menos malo, un toro de Núñez del Cuvillo, bravo, que ya en los dos primeros tercios prometía. El alicantino bordó el toreo de salón durante la primera mitad de la faena, pero el toro se empleó mucho en el caballo, metiendo la cabeza abajo y empujando con los riñones, circunstancia que acusó más tarde, quedándose sin fuerzas en la segunda mitad de la faena. Se vino abajo y deslució mucho. A pesar de ello, la gente pidió la oreja que no le fue concedida. Recibió bien de capa al segundo de su lote, de Garcigrande, pero que no permitió más lucimiento.

En la Matinal, Ponce corta las orejas y Talavante cambia el rabo por 3 avisos después de hacer el toreo. El video está en el link: http://www.hoyes.tv/index.html#frontaleID=F_HOY§ionID=S_TODOMI&videoID=80397

Qué injusticia, después de haber bordado el toreo al natural en el quinto toro, después de habernos recordado lo que es el toreo roto de cintura y profundo, cuando nos habíamos reconciliado con el toreo verdadero a fin de cuentas, Alejandro Talavante nos volvió a recordar que es un gran torero sin espada desgraciadamente. Cuántos triunfos lleva este chaval perdidos por no saber amarrar el triunfo con la suerte suprema.

Y es que después del empacho de toreo empalagoso de Enrique Ponce en el cuarto, con el quinto Alejandro Talavante dio un recital de toreo al natural, rotundo, sin fisuras y llevando toreando hasta el más allá al bonancible torete de Zalduendo. Siempre colocado en la rectitud, enganchado adelante y rematando más allá de la cadera fueron las armas del extremeño este mediodía en Olivenza, Tras otras dos tandas a derechas más en corto debió irse a por la espada de verdad, pero ese ansia por querer exprimir al toro hizo que este se pusiese complicado a la hora de cuadrarlo para entrar a matar, y tras una media demasiado tendida, el extremeño no lo vio claro con el descabello llegando a escuchar los tres avisos. Una pena, porque el triunfo hubiese sido incontestable, pero al igual que la semana pasada en Vistalegre, Alejandro Talavante desperdició una gran actuación por no saber rubricar sus obras con los aceros.

En su primero ya dejó una grata imagen ante un animal de endeble condición que recibió una horrorosa lidia en los primeros tercios. Tras un inicio en el que hubo algún tirón más de la cuenta, Talavante cogió el aire de la embestida del animal de Fernando Domecq para tirar con temple de sus embestidas, ligando varias series de buen nivel al natural. La faena fue perdiendo en intensidad a medida que al torete se le fue acabando la escasa gasolina que tenía en el depósito. Pudo haber cortado una oreja, pero un bajonazo restó méritos al conjunto.

Quien sigue con su idilio con esta plaza es Enrique Ponce. Aunque en su primer toro no terminó de asentarse con un astado rebrincado y de embestidas incómodas, a sus manos fue a parar el noble y enclasado cuarto. Y aquí llegó el recital de toreo ‘poncista’. Sin obligar al toro desde el principio del trasteo, el valenciano fue hilvanando tandas de bella expresión pero ayunas de compromiso en cites y embroques. Faltó mayor ajuste y atacar un poco más al toro bajando la mano. Pero el condescendiente público de Olivenza volvió a volcarse un año más con el torero de Chiva y a pesar de dejar una estocada trasera recibió dos orejas.

Completaba la terna Cayetano Rivera Ordóñez, que ha apuntado pero no ha disparado en dos faenas pulcras pero a las que les ha faltado toro para dar mayor importancia a su quehacer. En primer lugar lidió un sobrero que vino a sustituir a otro toro de Zalduendo con defectos en la vista. Cayetano estuvo fácil y sobrado con este sobrero que buscó tablas nada más salir del caballo. Hubo limpieza en los pases y detalles en los remates, pero se echó en falta ángel para que aquello rompiese de verdad.

Iguales derroteros siguió la faena al sexto, el toro de más volumen de la corrida de Fernando Domecq. Hubo momentos interesantes por el pitón izquierdo pero el toro se acabó rápido y con ello la faena del menor de los Rivera Ordóñez se fue diluyendo.

Fuente: cope