La guerra planteada por los contrarios a la fiesta de los toros está llegando a niveles delincuenciales, matonescos. Hoy se ha conocido que antis han profanado la tumba del maestro Julio Robles.
Se conoce la autoría porque ellos mismo circularon la información a la prensa. Al no poder abrir la cripta se llevaron la efigie del torero. Cuando los argumentos se acaban, la violencia resulta el único argumento, no hay duda.