Jueves 17 de julio se cumplió la primera de tres tardes en la ciudad de Bambamarca (Cajamarca) en la que ninguno de los alternantes tocó pelo por fallar con el acero, en una corrida que de estar finos hubieran cortado al menos un apéndice cada uno. Cristóbal Pardo de Colombia dio la única vuelta al ruedo de la tarde en tanto que Paco Ureña de España y Alfonso Simpson de Perú, oyeron palmas en su lote.
El encierro de Roberto Puga tuvo mucha calidad y nobleza aunque poca fuerza, puntualmente el primero y algo el segundo. Los restantes fueron buenos 3º 4º 5º y especialmente el 6º que resultó muy bravo en el caballo poniendo en aprietos al picador De la Barra que castigó en exceso al animal lo que no fue motivo para que se empleara con bravura en la muleta y fuera merecedor de la vuelta al ruedo, orden dada por el palco pero no ejecutada por el tiro de arrastre.
El incidente protagonizado por la comisión de fiestas se suscitó al abrirse la feria con un animal demasiado flojo de remos como fue el primero que motivó alguna protesta del público que fue amplificada tendenciosamente por ellos, que increparon al ganadero en el mismo callejón de la plaza, en una actitud de total desconocimiento del asunto taurino. Al parecer, soliviantados por un señor Camacho que los acompañó con insultos y amenazas, sujeto que dicen ejerció como presidente de la comisión taurina de la pasada feria de Chota. Toros débiles saltan en cualquier ruedo del planeta taurino señores, y contrariamente a lo reclamado por la comisión el comentario de los profesionales en el callejón de la plaza era la calidad y nobleza que mostró, como la tuvo toda la corrida.
En el plano de los coletas, destacar la gran actuación del colombiano Cristóbal Pardo, a quien volvemos a ver después de más de dos años y está muy asentado y con las ideas muy claras, explotando las bondades de sus animales. Cuidó a su primero a media altura y en el otro, explotó la humillada embestida en trazos largos muy templados y con lentitud. Lució espectacularmente en banderillas ofreciendo incluso uno del violín, corriendo hacia atrás al estilo Fandi hasta detener al animal. Pudo haber tenido un triunfo de no haber pinchado la faena. Una pena. Dio una aclamada vuelta al ruedo.
Nuevos en esta plaza fueron el español Paco Ureña y el peruano Alfonso Simpson. Ureña mostró su fina manera de mecer el capote en lances a la verónica en sus astados pero donde se asentó y cuajó una tanda por derecha ligada y muy abajo, muy importante, fue en el 5º. Lamentablemente pinchazos y varios golpes de verduguillo dejaron la cosa en palmas en su lote.
El compatriota tuvo suerte con su lote, pudo conseguir algún trofeo pero… la espada. Bien y con ganas se le vio desde el saludo con una larga cambiada en el 3º y sus lances a la verónica a pies juntos en el otro, además de su toreo por derecha de trazo muy bajo y sometido al bravo 6º que se tragó entregado. Asignatura pendiente la de la suerte suprema que deberá corregir pronto para redondear triunfos.
Incidencias: el 1º se devolvió mediada la faena de muleta. No fue cambiado antes al parecer por no haber sobreros en la plaza.
El encierro de Roberto Puga tuvo mucha calidad y nobleza aunque poca fuerza, puntualmente el primero y algo el segundo. Los restantes fueron buenos 3º 4º 5º y especialmente el 6º que resultó muy bravo en el caballo poniendo en aprietos al picador De la Barra que castigó en exceso al animal lo que no fue motivo para que se empleara con bravura en la muleta y fuera merecedor de la vuelta al ruedo, orden dada por el palco pero no ejecutada por el tiro de arrastre.
El incidente protagonizado por la comisión de fiestas se suscitó al abrirse la feria con un animal demasiado flojo de remos como fue el primero que motivó alguna protesta del público que fue amplificada tendenciosamente por ellos, que increparon al ganadero en el mismo callejón de la plaza, en una actitud de total desconocimiento del asunto taurino. Al parecer, soliviantados por un señor Camacho que los acompañó con insultos y amenazas, sujeto que dicen ejerció como presidente de la comisión taurina de la pasada feria de Chota. Toros débiles saltan en cualquier ruedo del planeta taurino señores, y contrariamente a lo reclamado por la comisión el comentario de los profesionales en el callejón de la plaza era la calidad y nobleza que mostró, como la tuvo toda la corrida.
En el plano de los coletas, destacar la gran actuación del colombiano Cristóbal Pardo, a quien volvemos a ver después de más de dos años y está muy asentado y con las ideas muy claras, explotando las bondades de sus animales. Cuidó a su primero a media altura y en el otro, explotó la humillada embestida en trazos largos muy templados y con lentitud. Lució espectacularmente en banderillas ofreciendo incluso uno del violín, corriendo hacia atrás al estilo Fandi hasta detener al animal. Pudo haber tenido un triunfo de no haber pinchado la faena. Una pena. Dio una aclamada vuelta al ruedo.
Nuevos en esta plaza fueron el español Paco Ureña y el peruano Alfonso Simpson. Ureña mostró su fina manera de mecer el capote en lances a la verónica en sus astados pero donde se asentó y cuajó una tanda por derecha ligada y muy abajo, muy importante, fue en el 5º. Lamentablemente pinchazos y varios golpes de verduguillo dejaron la cosa en palmas en su lote.
El compatriota tuvo suerte con su lote, pudo conseguir algún trofeo pero… la espada. Bien y con ganas se le vio desde el saludo con una larga cambiada en el 3º y sus lances a la verónica a pies juntos en el otro, además de su toreo por derecha de trazo muy bajo y sometido al bravo 6º que se tragó entregado. Asignatura pendiente la de la suerte suprema que deberá corregir pronto para redondear triunfos.
Incidencias: el 1º se devolvió mediada la faena de muleta. No fue cambiado antes al parecer por no haber sobreros en la plaza.