UN FELIZ Y TAURINO DÍA DE LA PATRIA. Una crónica de toros y peruanidad. Feliz 28 con puerta grande viviendo nuestra tradición en La Esperanza
Por Magaly Zapata
No siempre se nos da la alegría de pasar una celebración Patria, un feliz 28, viviendo y sintiendo nuestra tradición. Un 28 de julio y con toros, que más se puede pedir. Y por pedir ya dicen que quien al cielo pide y pide poco, es un loco. Pues como de locuras llenos están los cielos, nos fuimos a los toros y como cada corrida se trata de renovar un acto de fe, triunfo tenía que haber y lo hubo. Tuvimos fe.
Fue el español Pepe Moral quien pudo salir a hombros al cortar un apéndice de cad uno de su dos ejemplares. Oficio y entrega, técnica y temple impuso a su toreo. El primero se malogró nada más derrotar a la primera en burladero, mal asunto que sea este infortunio reiterativa casi tarde a tarde. Ya no es infortunio, me parece más bien mala praxis. A cavilar los encargados de llevar la lidia en la segunda fila de peonada. En 30 días he visto 12 tardes de toros y 3 malogrados de esta manera. Eso no es de recibo. Y prosigo. Un primero bis echaron pero no del hierro titular sino un sobrero que bajó desde Cutervo. Era del hierro Federico Jaimes de Huari Ancash. Andaba solo en un corral alejado y 'el loco' le decían. Con fe repliqué, puede que tenga el orgullo de su sangre pensé (procedencia Roberto Puga), recordé los novillos, me dije y si resulta noble y se deja… y se dejó, tanto se dejó que Moral pudo llevarlo por abajo, en largos derechazos y naturales que emocionaron en su profundidad. Fácil no fue, como debe un toro ser y este, amigo mío, 8 años tenía, no 4 sino 8 y sin acusar resabios, ni por edad ni por trajín o trasiego. Dígame usted sino era bueno. El segundo de Moral se empleó con nobleza y fijeza por abajo aún cuando no era lo que más quería y de ahí que protestara, soltando la cara y pasando a regañadientes, tuvo un punto de sosería y lo que allí hizo demoró en conectar, pincha y entera al cerrar faena y paseó otro apéndice que le permitieron salir en volandas este 28 de julio día de su presentación en Lima, en La Esperanza.
También se presentó el venezolano Manolo Muñoz, pudo haber tocado pelo en su primero pero el acero lo impidió. Se lució con el capote y también con las banderillas. Brindis a la ganadera Marisol Puga y a la muleta llegó con recorrido pero debió estar con firmeza para resolver dejó buenas tandas por ambas manos. Me gustó más su embestir por el izquierdo pero se prodigó por derechazos, todo con temple y oficio. Su segundo que cerró tarde no le dio opción de lucimiento, feo de hechuras, la arboladura como una lira, y no embistió, era de cruzarse y para afuera, cara le plantó, puro esfuerzo sin recompensa. Metió la espada desprendida y demoró en doblar.
Alternó en esta corrida mixta el novillero Julio Alguiar que rozó un triunfo grande pero la tizona se lo impidió. Faenas de esa entrega no se deben desperdiciar sin refrendo. Una pena. Pero aún así lo vimos salir a revienta calderas, con agallas se fue casi a los medios a esperar que salga de chiqueros. Una larga cambiada de buena guisa y a echar tela para embeber la embestida y el novillo de Camponuevo quiso y fue muy bueno. Noble y fijo, entregaba su bravura por abajo por donde señalaba y conducía el novillero. Doblones por bajo en un torero inicio que siguió con derechazos enfibrados, también y más largos los naturales. Alguiar se mete tanto en su faena que se siente y se emociona, vibran sus cuerdas y la gente se le entrega, series largas en las que aveces la emoción lo desenfoca y se atrabanca. El rodaje lo irá puliendo. Mató desprendida y demoró en usar la cruceta. Sonó un aviso. Vuelta al ruedo al buen novillo y el novillero paseó el anillo entre ovaciones.
Una tarde de toros en el día de nuestro Perú. Una tarde de toros que nos hizo vivir nuestra tradición, porque Tradición es el apellido de nuestro Perú. Viva el Perú señores, viva nuestro Perú siempre libre y muy taurino.
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