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domingo, 7 de julio de 2024

Lajas, dos orejas en la segunda de feria


Lajas, dos orejas en la segunda de feria 

Por Magaly Zapata 


Se cumplió la segunda de feria en Lajas y apenas el discreto saldo numérico de dos apéndices cortados, uno del primero otro del tercero.   Cristóbal Pardo en su primero y Emilio Barrantes también, otra pudo llevarse Emilio Serna del quinto pero un palco sicatero no cedió al pedido cuando en otros casos y con menos, cedió. 


Y es que el caso de Serna en ese quinto es de comentar porque hay momentos en que un profesional debe echar mano de las tablas y oficio para solventar una difícil situación aunque no sea ocasionada por él sino todo lo contrario pues hizo de catalizador, de jugar a favor del espectáculo pues se puso a dar calma entre público, empresa y juez ante las estentóreas protestas por otro toro, ante las reiteradas caída de bruces del de Bustamante. Insisto que esa zona del ruedo está floja pero cierto es que era blandito el astado.  Tras banderillas y con el público en contra pidió calma el diestro y se puso a torear ante -además- la evidente involuntaria de cambio de toro, Serna echó p'alante y cual titeretero tiraba con cuidado las cuerdas de su toreo, siempre a media altura, con sumo cuidado, tiento y suavidad para que tras cada muletazo no doblara las manos. Y eso exige una ejecución casi perfecta de la partitura que es el toreo. Y así fue creciendo la faena y cambiando con su sensibilidad en las manos las protestas por palmas. Y el toro se olvidó que quería caerse y el público de protestar y los dos los metió en el canasto. Y a disfrutar. Quien pudo. Quien supo. Quien tiene esencia de aficionado. Y llegó el momentico de la zurda y en esa zona de arenas flojas fue que llegó lo mejor de la tarde. Pedazo de naturales que empezaban adelante echando los vuelos, y echarlos el obligar a ir por abajo, y el toro ya embebido, fue, accedió, metió los pitones y surgieron unos cuantos naturales profundos y templados, largos pero muy suaves y lentos.  Más de media espada en buen sitio y la gente pidiendo trofeo que el palco en anteriores momentos, con menos ascendió.  No se la razón pero me refugio en eso de la poca afición de aquel del palco, por no decir mezquino.  


Con su primero Serna tuvo a un muy buen pupilo de San José del Monte, 'agitado' 204,  hijo de un toro Garcigrande con una vaca de Caicedo, el jabonero sucio se empleó por los dos pero mucho más y mejor por el izquierdo lamentablemente por ahí surgieron los mejores momentos pero el toro se empleó bien y con galope que trasmite lamentablemente pinchó Emilio y perdió trofeos y al toro, otra vez sin darle el premio de la vuelta al ruedo.  


Cristóbal Pardo tuvo en su primero un  San José del Monte de salía suelto de los capotes pero llegó al último tercio y se puso a torear muy templado y a media altura  derechazos templados y aunque apretaba un poco por el otro lado, lo hizo. Estocada  arriba. Oreja. El cuarto anunciado de la casa Bustamante no era para lucimiento, escaso o casi nada de  recorrido pero no fue motivo para que no  lo intentara y se puso por los dos pitones a buscarle las vueltas con el afán de agradar, fue así que robó muletazos y construyó faena por ambas manos y tras espada casi entera, hubo petición no atendida.  Vuelta al ruedo muy aclamada.  


El nacional Emilio Barrantes tuvo uno de los denominado Bustamante en primero de lote que se movió poco en muleta porque antes no hubo nada. Deshilvanada labor que tuvo el punto alto en la espada que cayó arriba y cobró oreja.  En el sexto de San José del Monte que fue su garbanzo, no  se empleó en los capotes y parecía burriciego lo que motivó que en muleta no hubiera nada y el diestro abreviara pero se eternizó en el descabello.    


Y así transcurrió una tarde soleada que se enfrió como sucedió con lo que en el ruedo acontecía.   


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