El diestro venezolano Jesús Enrique Colombo indultó un San Simón que hizo sexto en una tarde que se lidió también tres de San Pedro. Oreja cortó de su primero y una recibió Rafael Serna del segundo de su lote. El peruano Alfonso de Lima se fue de vacío por pinchar la faena de su segundo. Una tarde que fue muy condicionada por el viento de inicio a fin y que perjudicó las faenas pero no el ánimo de los toreros de agradar y exponer.
Colombo suma triunfos y sigue sumando indultos. Le tocó el mejor lote. Primero echó el jabonero de San Pedro, de bonitas hechuras que se empleó por abajo en el recibo de capote a pies juntos y verónicas. El toro tenía galope y lo citó en los dos primeros pares de palos en los medios, casi de poder a poder,el tercero cuarteó por los adentros. Puso al público en pie. Apostó por faena en los medios a pesar del viento, allí pasó por derechas al aire del toro, sin someter, con poco acople pero, por el izquierdo se le vencía. Y el cañonazo con la espada motivó que el palco sacara pañuelo.
El mejor de la tarde fue el sexto de San Simón, el 548, puya breve pero buena de Yaco, que tuvo galope, trasmitía, humillaba, se venía colocado con nobleza y fijeza. Atributos que Colombo explotó desde el saludo con el capote que suele emplear sin probarutas. Otra vez levantó los tendidos en banderillas, destacando el violín con sombrero en la otra mano. Se dejó llegar al enclasado quilmanense y trasteó con temple, enganchando adelante y barriendo la arena media muleta abajo. Eso por derechas y con la zurda fue más breve pero más profunda la embestida y algunos naturales fueron de categoría. El público que llenó el coso tacabambino disfrutó y pidió con pañuelos que se perdone la muerte del toro que el palco concedió con el pañuelo naranja. No vimos los blancos de premio al diestro, tampoco que los paseara pero fue sacado en hombros y sumó así dos puertas grandes consecutivas en sus dos comparecencias.
El lote de Alfonso de Lira y de Rafa Serna dieron menos opciones. Sin entrega, midiendo, reservándose o gazapones, revolviéndose en corto y alguno hasta enterándose de lo que dejaba atrás.
Ganas y entrega del limeño en su primero de San Simón que iba con la cara, arriba más el viento y que no salía de la muleta perjudicaba el acople y que surja el toreo. Con el otro algo mejoró la cosa. Un negro de San Pedro con el que quitó por delantales. Este se desplazaba un poco más pero salía de la suerte con la cara arriba y abierto, se puso firme y a intentar sujetarlo porque quería irse a tablas. Le dejó derechazos templados bajando la mano, cambiado y desplantes. Lamentablemente el pinchazo le privó de trofeo, aunque bien pudo aflojar la mano el palco como había sucedido en otros casos.
Rafa Serna echó primero el San Simón que si bien metía la cara abajo, no se desplazaba lo suficiente lo que añadido al viento, complicaba las cosas, pero algunos muletazos por derecha dejó que recordamos. El quinto de San Pedro se revolvía pronto, se orientó al final, pero no volvió la cara y se plantó firme a robarle muletazos que firmó con la espada y oreja.