Una buena noticia después de meses y meses de dolor, sacrificio, rehabilitación, lucha y esperanza: la pierna de David Mora empieza a reaccionar.
“Ha comenzado a responder, ya puedo levantar la pierna. Es verdad que no estoy ni a un cincuenta por ciento y muy lejos del objetivo último, pero estoy viendo un rayo de luz”, afirma el diestro madrileño, que no ceja en su empeño de poder cumplir el sueño de volver a la cara del toro.
“He aprendido a convivir con la paciencia porque el futuro es el presente cuando ocurre algo así. Muchas veces me pregunto si seré capaz de volver a torear y sinceramente creo que si he llegado hasta aquí sin venirme abajo y sin tirar la toalla ya no lo haré y algún día volveré a vestirme de luces”, explica con una entereza conmovedora. “Cuando estás en esta situación el más mínimo avance parece un milagro, es como cuando un niño empieza a andar”, subraya.
Los avances y las buenas noticias son la suma de un esfuerzo personal inquebrantable y de la confianza plena en los facultativos: “He estado en América haciendo una terapia neurológica con el Doctor Rodrigo Méndez que está haciendo un gran trabajo y en España estoy en manos del fortalecimiento con Antonio Chaín”.
David Mora, todo un ejemplo. Para la vida, para el toreo y para los seres humanos. Una lucha sinfín con un objetivo: torear de nuevo. “Lo más importante de afrontar un periodo tan largo de rehabilitación es ir variando las pautas de trabajo. Con el objetivo del fortalecimiento físico, las horas de gimnasio y el toreo de salón, pero cambiar horarios y formas para no caer en la rutina y tener abierta la mente”, revela.
“En todo este tiempo he aprendido a valorar cosas y a saber quién está a mi lado ahora. Se valora todo mucho más. La familia, los amigos, los compañeros. He encontrado un cariño y una admiración que jamás pensaba que podría tener, esas cosas reconfortan y animan a tirar hacia adelante”, reconoce David Mora.
Fuente Aplausos
