sábado, 18 de mayo de 2013

Los victorinos no colaboran con la encerrona de Talavante

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Me instalé a tiempo frente a la tele para ver la gesta del torero extremeño en Madrid con seis
victorinos y lo que fue emoción, nervios y entusiasmo se fue diluyendo toro a toro por el toro, o lo que se presentó de él, ahí no más, y contenido poco, los dos primeros por su peligro aportaron emoción y Talavante no volvió la cara y se jugó la cornada especialmente en el segundo. El tercero, que se dejó por abajo sin ser tonto tuvo un bonancible pitón derecho que el torero exprimió en naturales hondos y apretados de calidad, lamentablemente la espada no fue contundente y demoró en caer por lo que perdió trofeo que sería el único posible de la tarde, visto lo visto y lo veríamos en el 4o (buen saludo por verónicas) 5o y 6o que sin peligro fueron descafeinados, deslucidos, flojitos. Poco material para tan grande apuesta. Tarde en la que el viento fue demasiado protagonista. Para mi torero digno, sin volver la cara y petardo ganadero.

BURLADERO. Ni uno ni otro. Talavante mal, desubicado, sin repertorio, aburrido, desganado y la corrida de Victorino mansa, sosa, sin fuerza, transmitiendo falta de codicia... poco que decir ambos. Robo el titular al maestro de la crítica Antonio Díaz Cañabate, ya que, tal día como hoy, hace 53 años, en esta misma plaza, tituló una de sus magistrales crónicas en Madrid del mismo modo. Fue una tarde en la que mandó el viento y el escaso hacer de los toreros; Manolo González, Antonio Ordóñez y Curro Romero estoquearon una corrida de Jesús Sánchez Cobaleda. Casi nada al aparato. En aquel texto, hay que resaltar dos ideas principales perfectamente aplicables a lo ocurrido esta misma tarde en el ruedo. La primera, el famoso dicho: varían los toros, los toreros son siempre los mismos. Y la segunda viene a decir que con el toro bueno se descubren a los malos toreros y con el toro malo se descubren los toreros buenos. Genial. Ordónez había cuajado una faena el día anterior y no debió estar todo lo bien que exigía el público la de autos.
CRONICA COMPLETA AQUI

Una solitaria ovación, un solo quite y apenas dos docenas de naturales fueron el exiguo balance de la seria apuesta de Alejandro Talavante con seis toros de Victorino Martín que ni mucho menos salió como esperaba. Ni lo esperaba él ni las veinticuatro mil almas que abarrotaban Las Ventas en el festejo de mayor expectación de la Feria de San Isidro, que vieron cómo el diestro extremeño se estrellaba contra el viento y una deslucida corrida del ganadero de Galapagar APLAUSOS CRONICA COMPLETA AQUI

Madrid, plaza de Las Ventas. Sábado 18 de Mayo de 2013. 10ª de la Feria de San Isidro. Toros de Victorino Martín, desiguales de presencia y juego. El 1º, reponedor, 2º, deslucido, 3º, bueno aplaudido en el arrastre, 4º, 5º y 6º, deslucidos. ALEJANDRO TALAVANTE, como único espada: Silencio, silencio, ovación tras aviso, silencio, silencio y pitos de despedida. Entrada: Lleno de "No hay Billetes".
Fotos largacambiada.blogspot.com

LA GESTA EN FOTOS por burladero_es