sábado, 15 de mayo de 2010

Más allá del ruedo, Castella otra vez Castella... (la de HOY en Madrid)

Te dejo aquí el post de Rosa Jiménez Cano colgado en el Blog de toros de El País, en el que bajo el título de "Formas de ser" claramente grafica el "talante" de los toreros, siendo figuras o en proyecto y cómo se deben al aficionado, al público. Y lamentablemente leo que al parecer ahora el francesito tampoco habla post corrida. Aquí me dijo que ahora no daba declaraciones antes de, porque le traían mala suerte, pues parece que así ha sido. Mal estuvo en Madrid, o sin suerte si lo queremos poner así, tras chatear con la afición "antes de". Pues ahora parece que declarar "post" va por ahí también. Noblese oblige Sebastién, o es que el "chantilly" se te subt a la cabeza... Aquí la nota de RJC.

Dos topicazos: Corrida de expectación, corrida de decepción. Se torea como se es.

La corrida de Garcigrande, a pesar de todos los defectos, creo que ha estado por encima de los toreros.

Mal la lidia, sobre todo en el primer tercio. Mal también las cuadrillas. ¿Cómo una primera figura como El Juli permite estos desmanes? La cuadrilla de José Tomás y la de Ponce de hace unos años eran una maquinaría perfectamente engrasada. Campotazo, plas, par de banderillas. Capotazo, plas, par de banderillas por el otro pitón. Y así las seis veces de cada corrida.

Entrando en harina, saquemos escuadra, regla y cartabón con el primer toro.

Media plaza se ha puesto a jalear los derechazos de El Juli. A mí me inquietaría mucho tener un charcutero que me metiese en el mismo cuarto de kilo jamón y mortadela sin darme más explicaciones.

El triunfador de Sevilla ha hilado muy bien la faena, los tiempos y quizá la colocación, pero sólo en el primer muletazo. Citaba en el sitio, con verdad, y a partir del segundo descargaba la suerte. Muletazos largos, sí, pero con la pierna escondida. Por eso se protestaba, pero nadie quería darse cuenta de un detalle importante. Sin demasiada arboladura parecía que el toro "no cabía en la muleta". ¿Por qué? Porque citaba echándose el toro primero en línea y después fuera. El torero estaba siempre tumbado, con el compás abierto (que también se puede hacer cargando la suerte) pero las zapatillas del torero delataban cómo estaba escondiendo la pierna de salida en el momento del comienzo del muletazo. Asentadas en la arena, claro, pero para hacer un toreo lineal que nada tiene que ver con lo que se espera de un diestro mucho más capaz.

Si torease siempre igual que en el primer muletazo toda la plaza estaría de acuerdo.

Dicho esto, ha estado veinte veces mejor que sus dos compañeros. El Juli tiene gran responsabilidad en la fiesta y como tal se le exige. Al término del festejo se ha quedado más tiempo que nadie en el túnel de cuadrillas explicando sus dos faenas. No se iba contento pero sí con esperanzas en la corrida de la Prensa que aún le queda.

Daniel Luque no ha dicho demasiado pero sí decía que sentía que Madrid le había tratado bien, que se había esforzado. De alguna manera sentía que no se le había tratado mal tras el fiasco del Domingo de Resurrección. Entre sus palabras soltó que se sentía mal por la afición, por que en día tan señalado no hubiera triunfo. Es un detalle por su parte.

La diferencia la ha marcado Sebastián Castella . Ha pasado de largo entre la nube de periodistas, sin mediar palabra. Me he acercado hasta dar como diez pasos junto a él y su cuadrilla. "Sebastián, por favor, me gustaría hacerle algunas preguntas para el diario EL PAíS". Ha pasado de largo. Insití: "es para los lectores de EL PAíS", un banderillero me tiraba del brazo y me decía: ¿no ves que te habla?. Pues no, no me siento humillada, ni hundida, ni mal. Más pierden ellos.

Mi opinión sobre este tipo de declaraciones es clara: Sé que no van a decir nada reposado, ni sesudo, ni profundo, pero sí pueden dar algunas sensaciones de la tarde o, como Luque, sentirse agradecidos. O como El Juli, contar tal cosa del toro o que quiso mostrar el toro por el izquierdo. No encuentro demasiado sentido a las que se hacen entre toro y toro, pero creo que para que la afición les comprenda estas del final pueden tener algo de sentido.

De hecho, camino de la sala de prensa Pilar Abad, amiga, me ha preguntado que por qué he ido a hablar con él, que si no había visto que no iba a hablar. "Sí, tía, lo he visto, claro, pero tenía que asegurarme de que era así y si sabe lo que hace. Creo que le falta al respeto a la afición. No se trata de hablar contigo o conmigo, sino con los medios que les sirve para poder explicar cosas a la afición", le he dicho. Creo que se trata de una cuestión de responsabilidad y de saber estar.