Por Jaime Echevarria desde España
Juan del Álamo ha sido, aún sin cortar trofeos, el protagonista del primer festejo de la Feria de la Comunidad, que se ha celebrado esta tarde en Las Ventas. El novillero salmantino, debutante en Madrid, ha confirmado la fama que le precedía y pudo pasear las dos orejas del tercero, un buen novillo de Pedraza de Yeltes, ganadería que ha superado con buena nota el compromiso, que no sólo era su debut en Las Ventas, sino su primer festejo público. José Manuel Mas ypudo cortar una oreja del que abrió plaza mientras Adrián de Torres, que también debutaba en Las Ventas, dejó entrever un concepto de interesante trazo que deberá contar con una base técnica que le permita desarrollarlo.
Juan del Álamo sorteó en tercer lugar un novillo alto de agujas, de salida abanta al que supo recoger con serenidad. Tras derribar al picador en los dos encuentros, el novillo mostró buenas cualidades en la muleta. Se desplazó y se abrió mucho en cada muletazo, facilitando así que el novillero ligase las tandas sin enmendar su posición. Así construyó Del Álamo una faena compacta, más atacada en su primera parte y más sosegada al final, que tuvo intensidad y eco amplio en los tendidos. Una serie final sobre la mano derecha, soberbia por su expresión, su reunión y su empaque, y un epílogo por bernadinas terminaron de poner a los tendidos a su favor. Sin embargo, la media docena de descabellos que siguieron a una estocada tendida le privaron de pasear dos orejas que el público venteño le habría solicitado con toda seguridad. Saludó una ovación tras escuchar dos avisos. El sexto fue el novillo más exigente de la tarde. No se había desgastado nada en el peto, y llegó a la muleta áspero y violento. Juan del Álamo anduvo firme con él y llevó a cabo un esfuerzo loable, aunque no pudo conseguir lucimiento. Tras estoquearlo, saludó una ovación.
José Manuel Mas sorteó en primer lugar un ejemplar bajo y de armónicas hechuras que empujó en el peto y mostró nobleza y docilidad en la muleta. Mas lo toreó muy templado aunque fueron tres series, dos sobre el pitón izquierdo y una sobre el derecho, las que sobresalieron del resto de su trasteo por su expresión. El hecho de que éstas llegasen separadas en el tiempo restó unidad a la faena. A pesar de ello, la gente acogió con agrado su toreo, y hubo petición de oreja tras la buena estocada con que puso fin a la lidia. El presidente se negó a concederla y un sector del público no le dejó dar la vuelta al ruedo. El cuarto fue un novillo mansurrón y no hubo acople entre su embestida, desigual, y el quehacer de José Manuel Mas. El aire tampoco contribuyó a que la labor cobrase altura y Mas no logró mantener el nivel del toro anterior.
El segundo, el ejemplar de menor remate del sexteto, blandeó de salida y llegó a la muleta justo de raza, aunque con cierta nobleza. Adrián de Torres quiso torearlo muy despacio y dejó detalles de personalidad aunque se dejó enganchar en exceso las telas. Su afán de quietud y su bisoñez le hicieron víctima de dos volteretas, aunque mostró personalidad y valor. Su mal uso de los aceros estuvo a punto de hacerle escuchar los tres avisos. El linarense, que sufrió otra voltereta cuando trataba de quitar al cuarto con el capote a la espalda, sorteó en quinto lugar un novillo que tuvo prontitud, fijeza y clase en su embestida. Con él, De Torres, apuntó el concepto de toreo que quiere interpretar, aunque también dejó de manifiesto su carencia de recursos, que le impide en muchas ocasiones materializarlo. Volvió a escuchar dos avisos tras demorarse de nuevo con los aceros.
Plaza de toros de Las Ventas. Un cuarto de plaza. Primera de la Feria de la Comunidad. Novillos de Pedraza de Yeltes, hierro que tomaba antigüedad, bien presentados dentro su desigualdad y de buen juego en general salvo el 6º, más áspero. Destacaron por su juego 1º, 3º y 5º. Obtuvieron, en el arrastre, aplausos, silencio, ovación, silencio, ovación y silencio. José Manuel Mas, ovación tras petición y silencio; Adrián de Torres, silencio tras dos avisos y silencio tras dos avisos y Juan del Álamo, ovación tras dos avisos y ovación tras aviso.