Tras largo deambular telefónico pudimos contactar con el Ingeniero Hermenegildo Asencios, encargado de Senasa en el Aeropuerto Jorge Chávez, quien nos refirió que el problema con los toros colombianos de El Capiro que llegaron a Lima el domingo 15 y todavía no han salido del Callao, es porque falta un documento importantísimo entre los requisitos que los importadores –es decir la Municipalidad de Chota- deben presentar para importar ganado desde el país norteño.
Si bien es cierto que el pasado 16 de junio Senasa emitió una norma legal que prohibía la importación de ganado desde Colombia por la fiebre aftosa, cierto es también que la ciudad de Medellín, que es de donde vienen los capiros, es zona libre. Por ello, el problema es menos grave de lo que en un principio pareció.
Sin embargo, a estas horas, los toros se encuentran en un almacén, llamado “zona primaria”, y sólo podrán salir a circular por el país, SI Y SÓLO SI, llega el documento de la autoridad sanitaria colombiana en el que se indique expresamente que el examen aplicado a los toros de El Capiro para comprobar si padecen esta enfermedad infecciosa de origen viral, dio negativo en su país de origen.
Se llegó a este punto porque este importante análisis que debió hacerse antes de embarcar los toros fue omitido por los importadores peruanos, a quienes Senasa llama “usuarios”. Por ello, los chotanos deberán enviar una muestra tomada a los toros que están en el Aeropuerto y enviarla a Colombia para que la autoridad de ese país emita el documento.
Según Asencios, es un trámite que en 24 horas se puede completar, que todo depende de los “usuarios”, a Senasa sólo le queda esperar. El caso es que los toros han llegado el domingo 15, estamos 17 y Senasa sigue esperando resultados. En tanto, los toros, con el peligro y perjuicio que causa, siguen en “zona primaria”, cada uno en el estrecho cajón individual en el que viajaron, seguramente padeciendo una depresión orgánica muy fuerte por deshidratación y nula alimentación. En cuanto al examen, es necesario un permiso especial de Senasa para desembarcarlos en un lugar aparente para trasegar toros bravos, pasarlos por una manga y tomar las muestras de sangre, que es en lo que estarían las autoridades municipales de Chota.
En el hipotético caso que ese documento NO LLEGUE o que NO TENGA el resultado negativo que se requiere, los toros de El Capiro no podrán salir de la “zona primaria” y los “usuarios”, es decir los importadores, osea el Alcalde Rubio y su comisión de fiestas, tendrían que reembarcar los toros a su lugar de origen o deshacerse de ellos, esto es sacrificarlos en sus respectivos cajones.
Si bien es cierto que el pasado 16 de junio Senasa emitió una norma legal que prohibía la importación de ganado desde Colombia por la fiebre aftosa, cierto es también que la ciudad de Medellín, que es de donde vienen los capiros, es zona libre. Por ello, el problema es menos grave de lo que en un principio pareció.
Sin embargo, a estas horas, los toros se encuentran en un almacén, llamado “zona primaria”, y sólo podrán salir a circular por el país, SI Y SÓLO SI, llega el documento de la autoridad sanitaria colombiana en el que se indique expresamente que el examen aplicado a los toros de El Capiro para comprobar si padecen esta enfermedad infecciosa de origen viral, dio negativo en su país de origen.
Se llegó a este punto porque este importante análisis que debió hacerse antes de embarcar los toros fue omitido por los importadores peruanos, a quienes Senasa llama “usuarios”. Por ello, los chotanos deberán enviar una muestra tomada a los toros que están en el Aeropuerto y enviarla a Colombia para que la autoridad de ese país emita el documento.
Según Asencios, es un trámite que en 24 horas se puede completar, que todo depende de los “usuarios”, a Senasa sólo le queda esperar. El caso es que los toros han llegado el domingo 15, estamos 17 y Senasa sigue esperando resultados. En tanto, los toros, con el peligro y perjuicio que causa, siguen en “zona primaria”, cada uno en el estrecho cajón individual en el que viajaron, seguramente padeciendo una depresión orgánica muy fuerte por deshidratación y nula alimentación. En cuanto al examen, es necesario un permiso especial de Senasa para desembarcarlos en un lugar aparente para trasegar toros bravos, pasarlos por una manga y tomar las muestras de sangre, que es en lo que estarían las autoridades municipales de Chota.
En el hipotético caso que ese documento NO LLEGUE o que NO TENGA el resultado negativo que se requiere, los toros de El Capiro no podrán salir de la “zona primaria” y los “usuarios”, es decir los importadores, osea el Alcalde Rubio y su comisión de fiestas, tendrían que reembarcar los toros a su lugar de origen o deshacerse de ellos, esto es sacrificarlos en sus respectivos cajones.
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