sábado, 21 de enero de 2017

Bitácora Bogotá, día con historia

 

Bogotá, 21 de enero 2017


Saliendo de la Finca La Holanda y a fuerzas que resta más de una hora de camino hasta el hotel se me antoja empezar a reseñar las últimas 24 horas hasta esta, 18:26 del día 2 de este viaje de turismo taurino que emprendí con paisanos hasta Bogotá. Y digo "las últimas 24 horas" porque la noche de anoche disfrutamos de una cena de integración taurina, compartiendo mesa y charla con el maestro César Rincón, el ganadero Don Carlos Barbero, aficionadas de los EEUU y Ecuador y tambien de varias peñas colombianas, siendo El Clarín la anfitriona con el Dr. Edgardo Baena a la cabeza.   Que la situación de la fiesta en Colombia, y en especial de la ganadería, y de como la situación política e impositiva está afectando las economías... terciando con lo propio para matizar.   


Este día empezó temprano saliendo en bus para la ganadería legendaria por ser la más antigua de aquí, 1920 fue cuando don Ignacio Sainz de Santamaría trajo los primeros toros de casta desde España con el hierro del Duque de Veragua.  Algunas cabezas de esos toros aún se encuentran en el antañón patio de la casa.   Y venimos para vivir un exclusivo festival con toros de esta casa ganadera que lucieron divisa de luto por la reciente partida del padre del actual ganadero, don Fermín Sainz de Santamaría.  Los vínculos de la historia taurina de esta tierra partieron de esta casa, por lo ya anotado y porque fuera aquel taurino que descartó lidiar sus productos de casta y construyó la plaza de toros que mañana se reabre para el toreo.  Lo hizo entre los años 1928-1931, plaza que cuando estuvo en manos de uno de sus herederos, José, decidió canjearla por deudas al gobierno municipal y es desde entonces que el coso "De Santamaría", que así se llama y no como nos hemos mal acostumbrado a denominarla "la Santamaría", pasó a ser propiedad municipal de la ciudad de Bogotá.  


Día de historia porque además de lo reseñado hasta aquí hemos visto lidiar sangre y casta escasa en el  mundo, la sangre Contreras, traída desde España vía Hermanos Peralta en 1979.   Bonitas hechuras, bajos y armónicos, con un colorado que dio la mejor pelea en el caballo y tuvo faena larga en muleta.  Estos no son tontos, si dudas, se orientan, siempre pronto y aprovechar pronto lo que traen dentro.   Un lujo poder disfrutarlos.  Tanto como haber visto a un "futurible" en Julian Páez de 14 años pero que lleva en su ADN esas maneras rinconeras en el adelantar mucho la pierna, y el brazo para enganchar alante, pero lo suyo además es la fácil conexión con el público, sangre ligera que decía mi abuela.  Mientras esto, yo pensaba y lo pedí y lo conseguí, la divisa de luto porque simbolizará el recuerdo de don Fermín, la historia de su casa ganadera y la de la reapertura de la plaza de toros que aún lleva el nombre de su familia.  


Esta noche nos toca vallenato y mañana el gran día para vivir La Libertad taurina en Bogotá. 




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