El peruano Andrés Roca Rey y el español José Garrido lideran la generación del cambio, son el llamado relevo generacional que tanto se esperaba dentro del escalafón de matadores.
Así lo señala el diario español El País en un análisis de las recientes Fallas de Valencia.
Para ellos la gran decepción en Fallas la han protagonizado los toros, y el punto positivo, la asistencia de público.
Ambos, dicen, han dejado la impronta, pese a su juventud, de ser sólidos, dispuestos y con valores añadidos que los hacen firmes candidatos a refrescar él escalafón.
Desde la insurgencia de El Juli allá por 1998 no se decía esto, tan fuerte y claro de otro matador en los inicios de su carrera.
¿Por qué Andrés con Garrido y no con López Simón? Simplemente porque LS lleva tres años de alternativa (Sevilla 2012) aún cuando fue en el 2015 qué rompió como revelación desde sus puertas grandes en Las Ventas de Madrid.
Y tanto ARR como Garrido, son nuevos en el escalafón mayor,
más aún tal consideración encaja en el caso del peruano debido a su histórico paso como novillero con triunfos de puertas grandes en todas las plazas de primera que pisó, desde Madrid a Bilbao, su triunfal primera campaña americana y su exultante inicio de la que será su primera temporada completa en el escalafón mayor con claro asalto a la cumbre de seguir por sus fueros de entrega, torería, rotundidad, capacidad, naturalidad y frescura que su expresión en los ruedos trasunta.
Todo ello cuajado apenas en los seis meses que lleva desde su alternativa en la ciudad francesa de Nimes el 19 de septiembre del 2015.
Honor y gloria pues al peruano que escribe así con oro inca su historia.
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