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sábado, 28 de mayo de 2011

Madrid. Las claves de Moncholi: Ni por el bocata

Con el chaparrón caído se produjeron leves huecos en los tendidos. Normal. Cualquiera se arriesgaba. Los hombres de Zorro Plateadoarreglaron el ruedo y lo dejaron practicable.

Los de Las Ramblas, sardinas en escabeche ¿Los han corrido tanto, que se han quedado vareados? Les salvaban las espabiladeras. Por lo demás, musculados sí, pero vareados también. El segundo lavadito de cara. Si no se tienen toros para venir a San Isidro, más que un consejo, un ruego: ¡que no se venga!

Tres sobreros, que pudieron haber sido seis más, si por falta de casta se pudieran devolver. Puestos a cambiar el reglamento... Con calidad el 4º tris, de José Luis Iniesta. Aunque a menos, por lo menos se dejó y tuvo tres tandas. Fue bonito mientras duró.

El Cid dibujó dos series de naturales en el cuarto. Se le iba la Feria y necesitaba revalidar su mano izquierda. En la segunda tanda aguantó la mirada ¿Seguimos teniendo Cid para rato? Lo que está claro es que estuvo hecho un pinchaúvas.

El Fandi hizo más o menos lo que se esperaba. Más, por el detalle de sacar de la querencia en terrenos de chiqueros al segundo, para queSaldívar pudiera hacer su quite holgadamente; y más, por el de cortar al quinto en su recorrido al caballo. Pero, menos, por sus pares de banderillas a toro pasado "¿A toro pasado?" preguntaba una señora que tenía cerca en el tendido. "Sí, señora ¡que no se ha asomado al balcón!" respondía uno de más arriba. "Ni una vez", diría yo.

Saldívar, mejor que la tarde de San Isidro. Más asentado, más centrado. Con más orden en la lidia. Con ganas, firme y decidido en el tercero. Con voluntad en el sexto. Ya se ha hecho mayor.

Todas ellas, claves de una tarde que no pasará a la historia. Ni siquiera por el bocata. El bocata reparador.


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