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jueves, 31 de julio de 2008

El color del toreo... una de El Guerra


Victor Zar G.

El torero Rafael Guerra “El Guerra” o "Guerrita" fue presentado en una ocasión al presidente del consejo de ministros don Eduardo dato. El presidente le dijo:

—Tuve el gusto de conocerle a usted en san sebastián cuando estaba usted en pleno triunfo y yo era entonces subsecretario de gobernación.

El guerra replicó:
—¡Ah, sí, ya recuerdo! En aquella época era usted novillero.

(del libro "Las anécdotas de la política. de keops a clinton" por Luis Carandell)

N.R. Rafael Guerra nació un 6 de marzo de 1862. Su padre trabajaba en el Matadero Viejo y era conocido por El Llavero, utilizando el mismo apodo en diminutivo en sus comienzos en la cuadrilla de los Niños Cordobeses, Rafael Guerra. En 1882 ingresó en la cuadrilla de Fernando Gómez "El Gallo" anunciándose desde entonces como "Guerrita". Su primer novillo lo mató a la edad de 16 años, por aquel entonces era todavía "Llaverito". Fue "Lagartijo", a quien el padre de Guerrita ayudo en sus primeros tiempos como torero, el que le dio la alternativa en la plaza de Madrid el 20 de septiembre de 1887. Lo mismo que su maestro y amigo, Lagartijo, fue Guerrita un torero muy completo y heredero del Califato que ostentaba el primero. En su larga vida profesional toreó un total de 892 corridas y estoqueó 2.577 toros.

Se le atribuye a Rafael "El Guerra" la celeberrima frase: lo que no pué sé, no pué sé, y ademá es imposible... tras una desastrosa tarde en Madrid.