Con una bronca monumental al palco y tras él a los organizadores y autoridades terminó la feria de Chota 2018, que con su accionar que linda en la fechoría, no sólo se cargan una feria sino que con ello, la imagen del Perú taurino que tanto esfuerzo cuesta construir, de cara al mundo taurino, año tras año.
Empecemos por lo sucedido en el coso hoy. Se abrió el patio de cuadrillas y apareció el matador Juan Carlos Cubas sustituyendo a la figura del toreo Sebastián Castella quien tenía firmado un contrato por dos tardes.
La gente no fue debidamente informada del cambio en el cartel lo que constituye una falta de respeto con quien paga su entrada, y con justa razón la bronca fue monumental, reclamando a gritos la presencia de Castella y demostrando su frustración ante la estafa. Y al terminar la tarde, inundaba a coro el coso otra vez los gritos de estafa - estafa.
Huelga decir que los responsables brillaban por su ausencia en el callejón donde los dos días antes
impedían en evidente maltrato, el ingreso de la prensa taurina que cubre la temporada nacional, como en mi caso y de otros compañeros que debimos esperar con portazos en la cara y luego exigir respeto y hacer valer nuestro derecho.
Pero la fechoría empezó horas antes cuando con evidente premeditación y alevosía, tras la segunda corrida, decidieron no pagar al francés los honorarios acordados, valiéndose de un altercado durante el sorteo con un regidor que manipuló todo este atropello, amenazas incluidas según se rumoreaba y se confirmó con el parte asentado en la subprefectura local.
Desde la noche hasta la mañana Castella y su gente debieron padecer este maltrato y vejamen, de parte de esos facinerosos para poder cobrar honorarios por la corrida toreada. No se si lo consiguió. Vergüenza siento como aficionada que una figura de la talla de Castella haya tenido que pasar un trago tan amargo con evidente riesgo personal. Claro lo vi cuando me iba enterando de las cosas. Lo que querían era meterle cabeza y lo consiguieron. Con razón y justicia emprenderá las medidas que considere.
Lamentablemente este accionar que linda en lo taurino delincuencial se lleva de encuentro también la imagen de mi pais. Lo que toca para empezar es que los estamentos taurinos chotanos, unidos, tomen cartas en el asunto y empiecen a tomar soluciones. Primero, eleven una disculpa formal y publica al matador francés para dejarle claro que esa inconducta no incluye a los aficionados de esta ciudad. Segundo, que habiendo tocado fondo, evalúen la conveniencia de despolitzar la Feria Taurina San Juan Bautista y vuelva a sus orígenes, como cuando los taurinos cabales la organizaban, si hasta con sus aportes construyeron su plaza, se considere darla en concesión empresarial o se forme el patronato que semanas atrás Monseñor Coronado propuso.
Y para terminar, en lo taurino, decir que Jesus Enrique Colombo y Pepe Moral se repartieron cuatro generosas orejas, que se lidiaron tres toros de La Campana, importados de España, sobrevivientes que no tenían n presencia para esta plaza y parecían desecho de corral. Y que los otros de San Simón tuvieron trapío y hechuras, dos con matices en nobleza, fijeza y galope aunque pocas fuerzas. Y el sexto bis parecía reparado de la vista.
Y de trofeos feriales, Colombo triunfador de la feria; Joaquín Galdós, mejor faena y San Simón la mejor ganadería. César Caro, mejor picador, y 'Manco' Rojas como mejor subalterno.
Enviado desde mi iPhone