miércoles, 29 de junio de 2016

Gómez del Pilar orejas y rabo por indultar un 'juanbernardo' en Cutervo

@magalyzapata

Noé Gómez Rodríguez “Gómez del Pilar” cortó orejas y rabo simbólicos tras lograr el indulto de un buen pupilo de la ganadería colombiana de Juan Bernardo Caicedo que salió en sexto lugar en una tarde, más fría que la de ayer pero sin lluvia, y que vivimos con intensidad en el coso Jorge Piedra Lozada de la ciudad de Cutervo.

El toro salió de chiqueros con alegría para ser recibido por una larga cambiada y engarzada con lances de capote. Se notó su buena condición nada más salir, amén de sus bonitas hechuras.
Negro zaíno, tuvo alegría al embestir, fijeza en las telas, entrega en el caballo, galope y ganas de comerse el mundo en su embestida.

Condiciones de toro bravo que el toledano, que así se considera (que lo oí decirlo), aprovechó con su entrega y particular alegría y energía al transitar el ruedo, ‘carisma’ o ‘ángel’ o quizás corazón caliente que calentó también los tendidos rápidamente. Naturalidad y frescura, viento caliente pero fresco irradiaba su estar en el ruedo.

Tras una buena vara recibida, el toro se prodigó en un quite por zapopinas o lopecinas, como usted quiera llamarlas. Llegó el tercio de banderillas en el que el de Caicedo galopó con estilo, cumpliendo a cabalidad los banderilleros locales, desmonterándose Verita.

Tomó los trastos Noé y se dirigió a brindar al grupo de la peña El Capote que poblaba los altos del tendido 9. Presto y pronto, recibió por bajo al morlaco y lo sacó de las rayas con torería y, llevándoselo a los medios, empezó a confiarse y a trazar el trasteo por derecha e izquierda con temple, importante sensación dejaron los pases de pecho de pitón a rabo.

El ‘juanbernardo’ no dejó de arrancarse de largo, de emplearse abajo, de tomar con alegría los engaños, como si supiera que era momento de conjuntar su alegría y la de su torero y ofrendarla al público cutervino, que había aguantado impávido el gélido viento frío en la Piedra Lozada.
La gente incorporada en sus asientos convirtió el coso en una fiesta, danzando al ritmo de la música local y jaleando jubilosos al torero en cada muletazo, construyendo la historia del sexto indulto en esta plaza. Queda ya para la historia su nombre, “el agorero” con 505 kilos.

Ni siquiera el torero había tomado el acero, y ya los pañuelos afloraban en los tendidos. El indulto se veía venir y llegó. Simuló la suerte suprema Noé ‘el hombre justo’ y nos embarcó a todos en su arca, para salvarnos del tedio universal. “El agorero” no trajo malas noticias, todo lo contrario. Fue el portador de la buena nueva de que la bravura existe en el toro que atesore, forma y fondo de su estirpe.

Gómez del Pilar también cortó una oreja en su primero, ante un JBC similar en hechuras y que se movió con alegría en la lidia, al que también recibió a porta gayola. Se llevó el copón de la suerte, con el mejor lote de la tarde. Por su parte el francés Juan Leal, se presentó en Cutervo y abrir festejo con un malo sin paliativos, feo y viejo, que llevaba la cabeza por las nubes, rebañaba, orientado que casi lo prende feamente. Fue revisado por médicos de un corte en el dedo.

Con el otro, un jabonero cuajado y mayor, soso que medía, lo intentó por muletazos que no tuvieron ligazón por la condición del toro, gazapón y soso. Era atacar muleta atrás pero lo hizo al final. Falló con la espada.

Por su parte Emilio Huertas vivió la desilusión al negarle el palco una oreja pedida con fuerza en su primero. Variado con el capote y en el quite por chicuelinas. Mejor lució por el pitón derecho, y sobre ahí construyó su faena con logrados derechazos, con la zurda bajó el nivel porque el toro no se entregó. Petición denegada. Vuelta. El quinto no fue malo pero tampoco bueno. No humillaba ni se fijaba en los capotes. Recibió un puyazo y acaso le faltó otro, el toro se creció y el torero no se confió. Salvo por izquierda en corta distancia de uno en uno hacia el final. Estocada tendida y antes pinchazo hondo.

Así se acabó la tarde, en la noche cutervina, fría pero a la vez calentada por la emoción de ver un toro que se gana la vida por su bravura, por su calidad, por su entrega; y porque un torero estuvo ahí delante, para entenderlo, para acoplarse, para torearle.

FICHA. Plaza de toros Jorge Piedra Lozada. Cutervo, 29 de junio de 2016. En tarde fría y con amenazantes nubes negras, se lidiaron toros colombianos de Juan Bernardo Caicedo, disparejos de presentación y desiguales de juego. Destacaron por su movilidad y alegría 3º y 6º, que fue indultado. Juan Leal (Fra), silencio y división. Emilio Huertas (Esp), vuelta tras petición y silencio.