El novillero peruano
Joaquín Galdós cerró ayer su temporada europea en la plaza de toros de
Moralzarzal (Madrid) con sendas ovaciones, dejando detalles importantes por
capacidad y resolución ante una novillada de Valdefresno muy seria, en trapío
de toros, dura, muy difícil y
deslucida. Pudo haber sumado hasta tres
trofeos de no fallar con el uso de los aceros.
Con el primero
falló tres veces con el descabello y a pesar de eso tuvo fuerte petición
de oreja; con el último se pasó de faena
y se puso complicado al final, lo ha
pinchado tres veces.
Su primero pegaba cabezazos y en base a
firmeza y temple supo conducirlo en la muleta sin que se la enganchara. Antes con el capote le sacó lances de mérito. El segundo tuvo trapío de auténtico toro pero
fue manso Galdós lo toreó en todos los terrenos citando con verdad y logrando
muletazos templados, siempre buscándole las vueltas con actitud ante el
huidizo.
Alternó con Juan del Moral (silenciado en su lote) y Antonio
Mendoza (palmas y silencio).